Economía resiliente y vulnerabilidad climática en España
Se insta a España a fortalecer su resiliencia climática y avanzar en los esfuerzos de descarbonización para proteger su economía.
Un nuevo informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) concluyó que la economía española se ha mantenido “notablemente bien” tras una lenta recuperación de la pandemia de COVID-19.
En los últimos años se ha registrado un crecimiento constante del PIB, superando a muchos de sus homólogos europeos. Esto se debe a numerosos factores, como el turismo, las inversiones de los Fondos de Recuperación y Resiliencia de la UE y el aumento del gasto público.
Sin embargo, los investigadores advierten de que España se encuentra entre los países europeos “más expuestos” al cambio climático y que el país sufre algunas de las pérdidas humanas y económicas más graves del continente.
Una amenaza para el crecimiento de España
“El aumento de las temperaturas, las sequías frecuentes e intensas , las inundaciones, las olas de calor y los incendios forestales amenazan cada vez más el crecimiento futuro del país, el medio ambiente y la salud pública”, se lee en el informe.
“Para mejorar la resiliencia se necesitarán inversiones de adaptación específicas y una infraestructura sólida”.
A pesar de los avances en la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático, las pérdidas económicas y humanas causadas por los desastres van en aumento. Estos desastres son cada vez más graves y frecuentes.
Los expertos predicen que las condiciones climáticas extremas en España ya han provocado pérdidas por valor de 12.200 millones de euros en 2025, y que esa cifra aumentará hasta los 34.800 millones de euros en 2029.
¿Cómo está dañando el cambio climático a la economía española?
El informe describe las inundaciones como uno de los “riesgos naturales más dañinos” de España, que se está intensificando por la urbanización de zonas de alto riesgo.
El mes pasado, fuertes lluvias inundaron carreteras y dejaron a turistas varados mientras la tormenta Alice azotaba partes de la costa mediterránea. Las inundaciones repentinas azotaron Cataluña, transformando rápidamente las calles en ríos de lodo, mientras que los servicios de tren entre Barcelona y Valencia se suspendieron temporalmente.
En Ibiza, decenas de vuelos fueron cancelados mientras se enviaban equipos de emergencia para rescatar a varias personas atrapadas dentro de vehículos en la isla.
Aun así, las precipitaciones extremas no fueron nada comparadas con las inundaciones repentinas que azotaron Valencia el año pasado, que causaron la muerte de 229 personas. La DANA (Depresión Aislada de Altas Alturas) descargó lluvias torrenciales que batieron récords históricos: más de 770 litros por metro cuadrado en 24 horas en Turís y desbordamientos de ríos en la Rambla del Poyo.
Los expertos dicen que no hay duda de que este tipo de lluvias explosivas se ven “intensificadas” por el cambio climático, aunque no se pueda identificar una causa exacta.
Olas de calor y riesgos para la salud
El aumento de la duración y frecuencia de las olas de calor también incrementa los riesgos para la salud y reduce la productividad en las grandes ciudades.
Según el informe de la OCDE, esto plantea la necesidad de “integrar aún más la adaptación al calor en la planificación urbana y los códigos de construcción”.
El verano español de 2025 fue el más caluroso registrado , con temperaturas medias de 24,2 °C entre el 1 de junio y el 31 de agosto. La temperatura más alta en un solo día, de 45,8 °C, se registró en Jerez de la Frontera, en el sur de España, el 17 de agosto, durante una ola de calor.
Estas temperaturas abrasadoras, combinadas con fuertes vientos, crearon las condiciones perfectas para que los incendios forestales se propagaron rápidamente por todo el país.
Desde principios de 2025, se han quemado más de 380.000 hectáreas de tierra, casi cinco veces el promedio anual, y se han cobrado la vida de al menos ocho personas.
Los científicos advierten que las condiciones cálidas, secas y ventosas que alimentaron los incendios son ahora alrededor de 40 veces más frecuentes y alrededor de 30 por ciento más intensas de lo que serían en un mundo sin cambio climático .
“Con cada fracción de grado de calentamiento, las olas de calor extremas y duraderas seguirán intensificándose, aumentando la posibilidad de que se produzcan enormes incendios forestales como los que quemaron vastas zonas de la península Ibérica”, advirtió la Dra. Clair Barnes, investigadora del Centro de Política Ambiental del Imperial College de Londres.
El impulso de las energías renovables en España
A pesar de los devastadores fenómenos meteorológicos extremos que ha sufrido el país, España ha ampliado significativamente su capacidad de generación de electricidad renovable: la energía solar y eólica suponen ahora más de la mitad de su generación anual.
Si bien esto significa que España está en camino de cumplir sus objetivos de descarbonización, la OCDE advierte que se proyecta que la demanda de electricidad aumentará en más del 40 por ciento para 2030.
“Este crecimiento refuerza la necesidad de seguir ampliando las inversiones en infraestructura de red, interconexiones y almacenamiento, al tiempo que se implementan medidas para enfrentar las restricciones y la congestión de la red”, añade el informe.
España también está luchando por reducir drásticamente las emisiones relacionadas con el transporte, que representan un tercio de su huella ambiental total. Los expertos argumentan que el aumento de la propiedad de vehículos y la escasa demanda de precios para cambiar a alternativas más limpias han "compensado parcialmente las mejoras en la eficiencia".
[Este contenido procede de EURONEWS Lee el original aquí]






