EEUU: ¿Está cambiando la pandemia las tendencias de uso de envases reutilizables?

No hay pruebas de que las bolsas, tazas o recipientes reutilizables contribuyan a la propagación del nuevo coronavirus en mayor o menor medida que sus homólogos de un solo uso. Ya sea que estén destinados a uno, dos o 200 usos, teóricamente cada recipiente o mochila, en las condiciones adecuadas, podría transportar o transmitir algo. Al igual que nuestra ropa, encimeras y teclados, los embalajes están hechos de materiales, y los consumidores deben cumplir con las mejores prácticas de saneamiento y las directrices de salud y seguridad.
Sin embargo, desde el área de la bahía de San Francisco hasta Nueva York, los municipios están revocando temporalmente las prohibiciones de las bolsas de plástico de un solo uso y prohibiendo las reutilizables en las tiendas de comestibles y los servicios de alimentos para ayudar a reducir la contaminación y aplanar la curva.
Como los legisladores, los consumidores y todos nosotros operamos desde un lugar de miedo, vale la pena volver a ver que para muchas personas, los productos reutilizables no se sienten seguros. Independientemente de si esta duda se ha visto exacerbada por el estímulo de la industria, la evidencia anecdótica sugiere una mayor confianza en los artículos de un solo uso cuando las cosas se ponen difíciles. El quid de la cuestión no es la toma de decisiones a corto plazo de los consumidores o las pausas reactivas en las políticas de plástico. La verdadera pregunta será sobre la resistencia de los nuevos comportamientos y la continuación del impulso de la reutilización.
En su libro "Dare to Lead", la investigadora de la vergüenza Brené Brown, madrina de los ansiosos y temerosos, escribe: "Los líderes deben invertir una cantidad razonable de tiempo atendiendo a los miedos y sentimientos, o desperdiciar una cantidad irrazonable de tiempo tratando de manejar el comportamiento ineficaz e improductivo". En este caso, romper los hábitos de uso único revividos requerirá un recuento de estos miedos profundamente arraigados. La desconfianza latente en la seguridad de los reutilizables no desaparecerá por sí sola.
El polvo se asentará, se restablecerá la prohibición de los plásticos de un solo uso, y el negocio volverá a una cierta versión de la normalidad. Y cuando eso suceda, será crucial que las empresas y organizaciones que se están duplicando en la reutilización reconozcan y superen estos temores si la ciencia, la sostenibilidad y la circularidad han de superar a los titulares.