El proyecto CleanFeed pretende evitar el depósito en vertedero de 7.000 toneladas anuales de frutas
El proyecto CleanFeed, en el que participan la Dirección de Innovación e Industria Alimentaria del Gobierno Vasco, los centros tecnológicos AZTI-Tecnalia y Tecnalia, y la Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria (Elika), va orientado a diseñar, probar y validar un plan de acción encaminado a valorizar las fracciones desaprovechadas de vegetales generadas en la transformación y distribución alimentaria, a través de su transformación en ingredientes de valor para la alimentación animal. Todo ello de una forma que garantice la calidad y la seguridad alimentaria y que, además, sea económicamente viable.
En la actualidad casi la totalidad de frutas y verduras que no son destinadas a consumo humano en la distribución terminan en los vertederos de la CAPV, suponiendo más de 7.000 toneladas anuales. En la industria alimentaría existe una cantidad sin determinar.
Un estudio previo encargado a AZTI-Tecnalia por la Dirección de Calidad Ambiental del Gobierno Vasco, determinó la posibilidad sanitaria, técnica y económica del aprovechamiento para alimentación animal de fracciones de alimentos que, en la actualidad, son gestionados como Residuos Sólidos Urbanos (RSU).
En este sentido, el proyecto CleanFeed tiene como objetivo principal resolver la problemática ambiental asociada a los grandes volúmenes de subproductos vegetales enviados a vertedero cuando, por su naturaleza y composición, podrían ser utilizados como materias primas de calidad para alimentación animal.
Así mismo, busca garantizar una gestión y uso sostenible de los recursos vegetales, previniendo en origen la generación de un volumen importante de residuos biodegradables y contribuyendo así a la aplicación efectiva de la estrategia temática europea, española y vasca sobre prevención y reciclado de residuos.
CleanFeed, financiado por el Programa Life+ de la Unión Europea y cofinanciado por la Dirección de Innovación e Industria Alimentarias y la Dirección de Calidad Ambiental del Gobierno Vasco, cuenta con un presupuesto cercano al millón de euros y tiene una duración de tres años.