Uno de los planes más ambiciosos incluidos en los presupuestos de la Diputación de León para el año que viene es el proyecto para la creación de lugares específicos en los pueblos para el depósito de residuos inertes. 

La proliferación de escombreras en el área rural es un problema que preocupa especialmente a la Diputación de León, que considera que "hay que hacer algo ya con estos residuos que afean y perjudican al área rural", explicó ayer el presidente Juan Martínez Majo. Por este motivo, podrá un marcha un plan para acabar con las cerca de 350 escombreras ilegales que hay repartidas por la provincia, en las que se depositan sin ningún tipo de control multitud de residuos, como escombros o materiales de construcción, sin valorar el daño que puede ocasionar en el medio ambiente.

El presidente explicó, que a falta de concretar algunos flecos pendientes, el plan contará con una asignación inicial de cuatro millones de euros, y que no cree que pueda desarrollarse antes de tres años, "aunque nos encantaría poder hacerlo en dos". Martínez Majo explicó que habrá que llegar a un acuerdo con los alcaldes de los municipios afectados para buscar la mejor solución en cada emplazamiento, y decidir en qué lugares se habilitarán estos nuevos recintos, que estarán perfectamente habilitados para acoger este tipo de residuos.

SOLUCIONES CONCRETAS

"En cada uno de los 1.400 pueblos que hay existe un problema diferente con los escombros, por lo que hay que hablar con todos los alcaldes para buscar la mejor solución en cada uno de los casos, y eso nos llevará tiempo", auguró el presidente.

En este convenio se prevé la colaboración de la Junta de Castilla y León, quien a través de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, se ha comprometido a sellar los vertederos existentes, después de que queden clausurados, para garantizar la recuperación ambiental de estas zonas.