La Junta de Castilla y León ha sellado un total de 483 vertederos en toda la comunidad, lo que supone un 90% de los existentes. La comunidad ha invertido ya 113,3 millones de euros, de los 136 que espera destinar a la clausura de los 541 vertederos del territorio, según fuentes de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente.

El sellado consiste en envolver los residuos en una lámina impermeable como si estuviesen dentro de una "lenteja" impermeable. El proceso es el siguiente: primero se eliminan todos los roedores y se retiran los residuos para colocar una capa impermeable de arcilla de al menos un metro de espesor. Luego se coloca una lámina de polietileno de alta densidad y sobre ella una capa de material drenante, una red de tuberías para recoger los lixiviados y conducirlos a un pozo impermeable exterior, y una capa de regularización. Sobre estas capas se colocan los residuos que se habían retirado previamente. Sobre ellos se coloca otra capa de regularización y otra capa de material de drenaje para evacuar los gases debidos a la actividad biológica. A continuación se coloca otra capa de polietileno y se deja soldada a la capa inferior. Finalmente, se coloca una capa de tierra de al menos un metro de espesor en la que es posible sembrar plantas. De esta forma, ubicaciones que antes eran vertederos con un aspecto desagradable se convierten en zonas verdes por las que se puede pasear y disfrutar de la naturaleza.

José Manuel Jiménez, director de Calidad y Sostenibilidad Ambiental, ha recordado que el objetivo de este programa es mejorar la calidad ambiental de todos los entornos en los que tradicionalmente se gestionaban así los residuos, fundamentalmente los rurales, y ha destacado que ahora estamos en una "nueva época" en la que es posible emplear "nuevas fórmulas" de gestión, por lo que espera que todos los vertederos puedan estar sellados en 2015.