España necesita duplicar su capacidad de valorización energética para alcanzar objetivos europeos
El Comisionado para la Economía Circular, Alejandro Dorado, incidió recientemente en el importante papel de la valorización energética a la hora de gestionar correctamente los residuos para evitar que acaben depositados en un vertedero.
La Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (AEVERSU) celebró el pasado 6 de marzo en la sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid una jornada conmemorativa del 25º Aniversario de su fundación, con la presencia de Dorado, que felicitó a la entidad por sus 25 años, y de otros representantes institucionales y del ámbito empresarial.
Por su parte, Rafael Guinea, presidente de AEVERSU, reconoció que “después de 25 años de experiencia es el momento de plantear el debate nacional sobre la necesidad de ampliar la capacidad de valorización energética en nuestro país y, por tanto, de más instalaciones”, tras recordar que esta asociación reúne a 12 plantas, 11 de ellas en diferentes zonas geográficas de España y una en Andorra. Guinea puso en valor la contribución de la conversión de los residuos municipales no reciclables en energía como parte esencial de la economía circular al recordar que “es la única solución para acabar con los vertederos”.
De acuerdo con la Directiva de la UE para los residuos municipales, las cantidades destinadas a la reutilización y el reciclaje deberán alcanzar, en conjunto, como mínimo, el 65% antes de 2035, y se deberá reducir al 10% el uso del vertedero antes de esta fecha. Al respecto, el presidente de AEVERSU indicó que España es “uno de los países de la UE que genera más cantidad de residuos per cápita y el que más en términos absolutos”, llevando 10,4 millones de toneladas (el 46,9%) al vertedero, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
En este sentido, el presidente de AEVERSU aseguró que “no hay territorio que pueda cumplir los objetivos de gestión de los residuos sin una planta de valorización energética”. El 65% de los residuos municipales deberán ser reciclados y el 25% tratados en planta de valorización energética, de ahí “la absoluta necesidad de duplicar la capacidad de las plantas en España para llegar al 10% de vertido”.
Igualmente, Guinea incidió en la importancia de una moratoria al impuesto de la valorización energética y puso como ejemplo a los países escandinavos, que han eliminado los impuestos directos en los procesos de conversión de los residuos no reciclables en energía: “La eliminación de estas tasas tendrá un efecto global positivo sobre el medio ambiente, ya que, a largo plazo, se reducirá el vertido al resultar más económica la recuperación energética de los residuos no reciclables en instalaciones eficientes, en lugar de enviarlos al vertedero, con el negativo impacto que este tiene sobre el medio ambiente y la salud”, concluyó.
En esta jornada, que reunió a más de un centenar de asistentes, participó Agustín Pérez Torres, socio en BIG (Bjarke Ingels Group), el estudio de arquitectura responsable del diseño de la planta de valorización energética de CopenHill, en Dinamarca. En su intervención destacó la importancia de la “interacción entre la planta y la propia ciudad y sus gentes”, que ha permitido “disponer de una pista de esquí en un país sin nieve y de un parque público de acceso gratuito que conviven con una planta de valorización energética”.
A continuación, se celebró una mesa redonda moderada por la secretaria general de AEVERSU, Belén Vázquez de Quevedo, en la que participaron Hipólito Bilbao, responsable de Prevención y Control de la Contaminación del Gobierno vasco; María José Delgado, directora general del Parque Tecnológico de Valdemingómez; Armengol Grau, vicepresidente de AEVERSU, gerente de SISRUSA y gerente de la Mancomunidad del Camp de Tarragona; Paz Orviz, gerente del Consorcio público de gestión de residuos de Asturias (COGERSA); y Margalida Roig Catany, directora insular de Residuos del Consell de Mallorca. En sus respectivos turnos de palabra subrayaron la importancia que tiene la contribución de la valorización energética a la gestión sostenible de los residuos.
Bilbao puso de manifiesto la importancia de “mantener una relación directa con los gestores de las dos plantas que existen en el País Vasco que permite una comunicación fluida por adelantarse incluso a las normas medioambientales”. A su vez, Grau subrayó que “las grandes urbes como demandantes de energía y alimentos necesitan aliviar el déficit de la gestión de residuos y de la propia generación de energía” y ha pedido ensanchar “el debate social sobre la gestión de los residuos”. Delgado puso de relieve la apuesta que se ha hecho en Valdemingómez, donde se tratan 300.000 toneladas de residuos por año, “en materia de aprovechamiento, tratamiento de residuos, generación de energía” que está ayudando a cumplir la normativa de la política comunitaria.
Roig, por su parte, partió de la condición de “vertido cero” de Mallorca, recordando la progresiva aceptación social, que atribuyó a “la transparencia” seguida y la apertura a la sociedad, “con alrededor de siete mil a diez mil visitas al año”. En cuanto a Orviz, reconoció la problemática social y política vivida durante décadas en Asturias en torno al fallido tratamiento de residuos. No obstante, anunció que se ha abierto un nuevo escenario “al plantearse la posibilidad de una futura planta de valorización energética”.
El broche del acto llegó de la mano de Juan Verde, líder y estratega internacional en economía sostenible, que puso especial énfasis en que “en la próxima década seis de las diez mayores amenazas mundiales serán medioambientales”. Verde también destacó que “el mundo está ya en medio de una transición hacia un modelo de economía circular, donde la valorización energética debe jugar un papel crucial”.
[Este contenido procede de La Vanguardia. Lee el original aquí]