Además, EuRIC acoge con satisfacción el énfasis puesto en el enfoque del ciclo de vida incorporado en la propuesta. En particular, el objetivo de un contenido reciclado del 25% de plástico procedente de residuos plásticos postconsumo en los vehículos nuevos, que entrará en vigor seis años después de la adopción del nuevo Reglamento sobre los vehículos al final de su vida útil, cambiará las reglas del juego.  Se acoge con gran satisfacción en un momento en el que los precios están cayendo a niveles mínimos históricos, lo que es un testimonio más de que las cadenas de valor lineales siguen teniendo una gran ventaja económica. Con el 80% de los plásticos de los VFU destinados a la incineración o el vertido, los objetivos de contenido reciclado son fundamentales para mejorar la circularidad de los plásticos en el sector de la automoción. En particular, estos objetivos contribuirán a mejorar el diseño de las piezas de plástico de los automóviles y a aumentar la cooperación entre los recicladores de plásticos y la industria automovilística. También impulsarán las inversiones necesarias para aumentar las capacidades industriales de reciclado de plásticos técnicos en la UE.

EuRIC también acoge con satisfacción el control del contenido reciclado de metales, ya sean metales básicos o metales críticos, en los coches nuevos. EuRIC cree que hay margen para convertir estos requisitos en objetivos de contenido reciclado realistas pero ambiciosos, en particular para el acero, a fin de recompensar la mejora de la calidad de los metales reciclados. Esto también ayudará a la industria metalúrgica europea a alcanzar su objetivo de industria neta cero.

La industria del automóvil está experimentando una drástica transición tecnológica que afecta a su modelo de negocio. Durante los próximos 10 a 15 años, los recicladores de VFU deben seguir siendo capaces de reciclar los más de 250 millones de vehículos con motor de combustión que aún están en uso y adaptarse en paralelo a los vehículos eléctricos. EuRIC apoya las obligaciones de desmontaje para garantizar el tratamiento adecuado de las piezas de automóviles que contienen sustancias peligrosas, así como la retirada de componentes de automóviles para su reutilización. Sin embargo, imponer obligaciones de retirada para el reciclado de materiales conllevará costes excesivos, escasez de personal y ninguna mejora en la calidad de los materiales reciclados. Por lo tanto, es de suma importancia garantizar, tal y como se propone, que las obligaciones de retirada puedan cumplirse mediante el desmontaje manual o tras la trituración a través de tecnologías de post-trituración que garanticen un nivel similar de calidad de los materiales reciclados, a costes económicamente asequibles. Es crucial salvaguardar las importantes inversiones realizadas por los recicladores de VFU en tecnologías avanzadas de post-trituración. Estas tecnologías, con una mayor automatización, permiten la recuperación de materiales específicos que cumplen los estándares de alta calidad exigidos para las aplicaciones finales, ya sea en automoción o en otros mercados finales. Esto es tanto más esencial cuanto que las tecnologías de post-trituración son desarrolladas por empresas con sede en Europa que son líderes tecnológicos a escala mundial.

El 88% de los costes generados para cumplir los requisitos de la actual Directiva sobre vehículos al final de su vida útil han sido realizados por la industria europea del reciclado. Esto equivale en la práctica a inversiones por valor de 9.000 millones de euros sólo para la parte del tratamiento mecánico, dejando de lado la recogida y el postratamiento. El hecho de que los VFU tengan un valor positivo ha hecho que la necesidad de ayudas a la RPE sea mínima. Sobre la base de ese legado, los modelos de RPE como el de Bélgica o España, que son sobre todo financieros y han contribuido a acercar los intereses de la industria del automóvil y del reciclado, seguirán siendo pertinentes con las nuevas normas. EuRIC acoge con especial satisfacción la opción que se deja al fabricante de automóviles de elegir entre un modelo colectivo o individual de responsabilidad ampliada. Además, para fomentar la cooperación y estimular la circularidad en el sector de la automoción, los recicladores también deberían estar representados en el consejo de administración de los sistemas de RAP, como ya ocurre en Bélgica o España.