Gerentes alemanes del sector medioambiental visitan las instalaciones de Sogama
Este grupo no ha sido el único colectivo extranjero que se ha interesado por las infraestructuras en los últimos años, que constituyen un modelo a seguir en cuestiones de gestión sostenible de residuos urbanos.
Los datos de Eurostat indican que Alemania es el país europeo que más recicla, con una tasa que asciende al 48 por ciento, y uno de los que más incinera, con un 34 por ciento. Otros países "avanzados" en Europa siguen la misma senda; Dinamarca, Suecia, Holanda, Austria y Bélgica, presentan niveles de reciclado y de valorización energética superiores al 30 por ciento. La trayectoria de todos ellos ha desmontado la hipótesis de que reciclaje e incineración son conceptos antagónicos, demostrando la complementariedad de ambos, posicionamiento que les ha permitido tener unas tasas de vertido inferiores al 5 por ciento.
Por el contrario, en España, con un 15 por ciento de reciclado y un 9 por ciento de incineración, el porcentaje de vertido se dispara hasta el 52 por ciento, y ello a pesar de que la generación de desechos se sitúa por encima de la media europea (547 kg frente a 513 kg por habitante y año).
En Alemania, donde incluso Los Verdes defienden la valoración energética, cuentan con más de 70 incineradoras, con una ratio de menos de 1,13 millones de habitantes por planta, encontrándose ubicadas en su mayor parte dentro o en las proximidades de ciudades y zonas muy pobladas. Actualmente aún se construye o invierte en la ampliación de las existentes.
Durante los últimos años ha surgido una estricta legislación ambiental para controlar las incineradores con una rigurosa normativa. Así, actualmente, son las plantas del sector industrial más vigiladas en sus aspectos ambientales.
Como ejemplo del desarrollo tecnológico, poner de relevancia que en Alemania, por cada 100.000 toneladas incineradas en 1990, se emitían 210 toneladas de óxidos nitrosos, 410 de anhídrido sulfuroso, 180 kg de cadmio, 130 kg de mercurio y 6 gramos de dioxinas. Hoy en día, estas emisiones se han reducido para la misma cantidad de toneladas incineradas, quedando en 36 toneladas de óxidos nitrosos, 0,9 toneladas de anhídrido sulfuroso, 1,2 kg de cadmio, 1,2 kg de mercurio y 3 miligramos de dioxinas.
Las emisiones de dioxinas y furanos de las incineradoras europeas suponen, conforme a los inventarios nacionales, el 0,07 por ciento del total de emisiones de estas sustancias. Las altas temperaturas de combustión, superiores a los 850ºC, además de los sistemas de depuración de gases, hacen posible que todos los parámetros se sitúen en valores muy inferiores a los permitidos, con la particularidad de que las plantas modernas actúan de forma global como sumideros de dioxinas, no como generadoras.
SOGAMA
Cerceda, A Coruña