Esta planta funcionará como un "punto limpio" en el que se seleccionan y clasifican los diversos desechos recibidos "para distribuirlos después hasta un gestor apropiado", explicaron fuentes municipales. Sin embargo, la iniciativa ha conllevado la retirada de los contenedores que hasta el momento se encontraban distribuidos por las calles del área industrial, de manera desordenada, y que en la mayoría de los casos se encontraban «desbordados de todo tipo de desperdicios», apuntó la concejal del área de servicios y Medioambiente del Consistorio gernikarra, Goizargi Etxeandia.

El centro de tranferencias ocupa una parcela de propiedad municipal de 588 metros cuadrados y cuenta con un par de autocompactadoras de 20 metros cúbicos; una para la recogida papel-cartón y la otra para plástico, además de seis contenedores, de 7 metros cúbicos de capacidad cada uno, en los que se separarán los metales, escombros y neumáticos, el cristal y las maderas.

Asimismo, se ha creado un almacén, de aproximadamente 21 metros cuadrados, en el que se depositarán los residuos contaminantes en pequeñas cantidades, como por ejemplo aceites, pinturas disolventes, pilas o baterías. También cuenta con un depósito especial para los parachoques de automóviles, ya que en la zona existen muchos talleres del sector, así lo indicó Joseba Ansola, responsable de la empresa Cespa. La firma de servicios medioambientales se encargará en adelante de gestionar el servicio.

La construcción de este punto limpio ha supuesto una inversión de cerca de 268.000 euros y se enmarca dentro del conjunto de planes que la Administración local presentó en su día al Fondo Estatal de Inversión Local con el fin de beneficiarse de las ayudas a los ayuntamientos concedidas por el Gobierno central.