El inventor togolés Kodjo Afacte Gnikou, echando mano a un cementerio de ordenadores y a su enorme ingenio, creó una impresora 3D usando solamente materiales reciclados, según explicó, para darle una "mayor sustentabilidad a esta tecnología".

Gnikou usó materiales de aparatos descompuestos que se encuentran en cualquier "cementerio de ordenadores", entre los que se cuentan escáneres, ordenadores, impresoras y otros dispositivos electrónicos.

Algo que también destaca del producto es su precio final, ya que su fabricación total tiene un costo de solamente 74 euros.

El inventor dijo que su intención al crear esta impresora es "poner la tecnología en manos de los necesitados y dar a África la oportunidad de no sólo ser un espectador, sino jugar el primer papel en la revolución industrial".

Pretende darle un sentido de sustentabilidad a la tecnología y utilizando desechos provienen de los cementerios de ordenadores, poder emprender un negocio que sea un aporte para la descontaminación y para el bolsillo. Así es como pretende financiarse mediante la página francesa Ulule2, para que África sea el principal proveedor de estas herramienta siendo pionero en la Revolución Industrial 3.0, es decir la del tecnoreciclaje.