De este modo, la entidad llevó a cabo un estudio en colaboración con la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, con el objetivo de cuantificar y analizar la implicación del sector pesquero en este problema, así como diseñar un plan de gestión de residuos sólidos a bordo de manera realista.

Se entendía que la salida de esos residuos normalmente pasaba por eliminarlos por combustión o por depositarlos en lugares poco visibles, en muchos casos, el mar tanto a través de playas, ríos, escorrentías y desagües urbanos incontrolados como incluso desde embarcaciones. En el caso de la Costa de Granada, una característica de la misma es el gran número de arroyos torrenciales o ramblas, que arrastran cantidad de residuos sólidos inorgánicos.

Una vez puesto el planteamiento sobre la mesa, el estudio propone un sistema para hacer efectivo este sistema de gestión de residuos. Así, se sugiere la instalación de contenedores en los propios barcos y otros en tierra destinados a recoger los residuos traídos por las embarcaciones, siendo estos últimos retirados por la empresa pública de limpieza. Los cálculos apuntan a la necesidad de 55 contenedores, de los que se detalla la dimensión y ubicación.