Esta planta de residuos, que promoverá Estela Eólica, beneficiaria del concurso eólico, movilizará 230 millones de euros, 160 de los cuales se corresponden con los recursos mínimos que esta empresa tiene que invertir por los megavatios obtenidos. Asimismo, el conselleiro de Medio Ambiente indicó que se crearán 250 empleos directos.

En el proyecto se contemplan tres instalaciones diferentes, una de compostaje, otra de valorización energética y otra de envases ligeros. Se prevé que trate unas 360.000 toneladas de basura al año, de las que 310.000 serán para valorización energética, lo que supone en su mayor parte incineración, aparte de otras 40.000 para compostaje y 16.000 de envases ligeros.

Tal y como explicó Hernández, la Xunta se encargará ahora de tramitar los permisos ambientales de la empresa basándose en el Plan de Residuos. Además, el conselleiro destacó que la situación se adapta a la planificación de la administración autonómica, al encontrarse en el eje Lalín-O Carballiño y contar con buenas comunicaciones, tanto viarias como de ferrocarril.

La Xunta ha justificado que esta nueva planta no sale a concurso público porque no se trata de una adjudicación por parte de la Administración, si no que simplemente se tramitan los permisos para una oferta de una empresa que «cumple» los requisitos establecidos en el Plan de Residuos 2010-2020 y no se presentaron otras propuestas.

La planta de tratamiento de residuos del sur de Galicia tratará aproximadamente un tercio de la basura que se genera anualmente en la comunidad, que asciende a 1,2 millones de toneladas, y cuenta con una capacidad algo inferior a la que tiene el centro medioambiental de Sogama, en Cerceda.

El nuevo centro se extenderá en 70.000 metros cuadrados sin aún ubicación específica en el municipio, si bien la empresa tratará con el ayuntamiento la compra o alquiler de los terrenos, puesto que no se plantea la expropiación. Además, Estela Eólica deberá contar con los permisos del ayuntamiento, que tramitará su compatibilidad urbanística, y de la Consellería de Industria, que dirige Javier Guerra.

En cuanto a la manera de financiación, la empresa cobrará, al igual que Sogama, un canon a los municipios por su utilización, y contará con los fondos que le reporte la energía que produzca, así como la recuperación de materiales plásticos, a través de Ecoembes. El proyecto contempla la construcción de cinco plantas de transferencia de residuos, aunque también puede llegar a un acuerdo con Sogama para usar las plantas que este centro tiene en el sur de Galicia.