La recogida selectiva avanza a ritmo desigual en el Área Metropolitana de Barcelona
La producción de residuos del Área Metropolitana de Barcelona sigue con una ligera tendencia a la baja, aunque no lo suficiente para alcanzar los estándares que marca la Unión Europea. Así lo ha afirmado Eloi Badia, vicepresidente de Ecología de la AMB, en rueda de prensa. Barcelona y los 35 municipios que la rodean han empezado a “cambiar el modelo” para conseguir este 50% de recogida selectiva de residuos que la Unión Europea pedía para 2020. En cifras actualizadas, lo han conseguido 11 poblaciones. Aquellas con más habitantes (por lo tanto, las que generan más restos) como Badalona o Hospitalet de Llobregat, se encuentran al final de la clasificación, con menos del 30% de la segregación requerida.
Respecto a esta diferencia entre municipios, Badia apunta que “no debería ocurrir”, pero que se está pidiendo a esas poblaciones que van más atrasadas (Barcelona incluida) que hagan un cambio significativo para mejorar las cifras, por el que, asegura, es necesario “un cambio en el modelo de recogida”. Este puede pasar por prácticas individualizadas, como el sistema puerta a puerta, o los contenedores inteligentes. Ripollet, Montgat y Santa Coloma de Cervelló aplicaron estos cambios durante el 2022 y pasaron de suspender las recomendaciones de la UE a superarlas, según cifras de la AMB. Aun así, en los municipios con más densidad de habitantes, este progreso “será más lento”, avisa Eloi Badia, y afirma que aún hay incógnitas sobre qué resultados tendrá un cambio de modelo en tramas metropolitanas densas.
Según cifras de la AMB, el pasado 2022 la metrópolis de Barcelona generó 1.470.074 toneladas de restos: 445 kg por habitante y año. La cantidad supone un 10% menos si se compara con el 2010. El objetivo es, en 2025, conseguir que esta reducción sea del 15% y reciclar el 55% de los residuos. Actualmente, en la cola de la recogida selectiva se encuentra Sant Adrià del Besòs, Santa Coloma de Gramanet y Cervelló. Sobre este reciclaje, casi todas las fracciones se encuentran en alza: cristal, papel y cartón y envases. Badia lamenta la lentitud de la fracción orgánica: “No aumenta lo suficientemente rápido”, concluyó.
[Este contenido procede de El País. Lee el original aquí].