La UE quiere poner fin a la obsolescencia programada para reducir la basura electrónica
La Comisión Europea de Ursula von der Leyen ha aprobado hace unos días un Plan de Acción para la Economía Circular, cuyo objetivo es aumentar la tasa de reciclaje y reducir los residuos en todos los sectores. La nueva estrategia pone el énfasis en el combate contra la basura tecnológica, con el anuncio de medidas como la consagración del derecho a reparar para los consumidores, el combate contra la obsolescencia programada o la creación de un sistema a nivel de la UE de recogida o reventa de viejos móviles, tabletas o cargadores.
"Hoy en día, nuestra economía es sobre todo lineal, ya que sólo el 12% de recursos y materiales secundarios se recuperan para la economía. Muchos productos se rompen con demasiada facilidad, no pueden reutilizarse, repararse ni reciclarse o se fabrican para un solo uso", se queja el vicepresidente de la Comisión responsable del Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans.
El Ejecutivo comunitario quiere introducir nueva legislación sobre el diseño de los productos para obligar a las empresas tecnológicas a alargar el ciclo de vida. Las nuevas reglas abordarán en particular la necesidad de mejorar la duración de los dispositivos electrónicos, así como las posibilidades de reutilización y reparación. Bruselas quiere además facilitar las actualizaciones de los componentes y del software y prohibir o restringir al máximo prácticas como la obsolescencia programada.
El "derecho a reparar" se introducirá en las normas de la UE sobre productos y protección de los consumidores en 2021 y está dirigido de forma preferente al sector tecnológico. "En la actualidad, sin la posibilidad de reparar el móvil, el tablet o la televisión, la mayoría de estos dispositivos electrónicos acaban en vertederos", ha criticado el comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevicius. "Nuestro objetivo es ampliar su ciclo de vida y que esos productos tengan piezas que se puedan cambiar o reparar, de modo que los consumidores puedan usarlos más tiempo", ha explicado. Bruselas quiere además generalizar el uso de cargadores universales para móviles, tabletas y portátiles con el fin de que cada producto nuevo no tenga que incluir su propio cargador.
La otra medida novedosa que contempla este Plan de Acción para la Economía Circular para el sector electrónico es la posibilidad de poner en marcha "un sistema a escala de la UE para devolver o revender viejos móviles, tabletas y cargadores". Además de la basura tecnológica, el otro sector prioritario para el Ejecutivo comunitario es el del embalaje. La cantidad de materiales utilizados para el embalaje está creciendo continuamente y en 2017 alcanzó un total de 173 kilogramos por habitante, el mayor nivel de la historia.
La Comisión se compromete a proponer medidas para garantizar que el incremento en la generación de residuos de embalaje se revierta cuanto antes, incluyendo mediante la fijación de objetivos obligatorios y otras medidas de prevención. El objetivo es que todo el embalaje que entre en el mercado de la UE sea reutilizable o reciclable de forma económicamente viable de aquí a 2030. El Plan de Acción para la Economía Circular contempla además medidas para aumentar el reciclaje y reducir la basura en baterías y vehículos, plásticos, productos textiles, construcción y edificios y alimentación.