La Universidad de Córdoba trabaja para una buena gestión de los residuos peligrosos
A pesar de que todas las facultades contribuyen a aumentar estas cantidades, aquellas que producen una mayor cantidad son las situadas en el Campus de Rabanales, además de las de Medicina, Veterinaria y Ciencias de la Educación, que se encuentran fuera del mismo. La presencia de esta última como productora de estos residuos se debe a las labores que se realizan de artes y plásticas, que contienen hasta 17 grupos de residuos peligrosos, tales como los ácidos, los compuestos por mercurio o los disolventes, entre otras tipologías.
Según ha detallado el técnico del SEPA, la recogida de los residuos tiene diferentes etapas. La primera es "garantizar que cada unidad productora conozca qué tipo de residuos genera" para su más correcta gestión. La segunda es rellenar un formulario on-line, solicitando la retirada semanal de los desechos. El Servicio de Protección Ambiental hace posible esta separación mediante el reparto de envases "adecuados" en el que se recogen los residuos. La capacidad de los recipientes puede ser desde uno hasta 60 litros y tienen que incorporar una etiqueta en la también debe aparecer reflejado el estado físico del residuo -líquido, sólido o si se trata de material cortante o punzante, como es el caso de las jeringuillas-. Esos bidones van convenientemente etiquetados y se debe indicar que el contenido puede ser potencialmente peligroso para evitar cualquier tipo de incidente.
Cada semana se procede a recoger estos envases, que se depositan temporalmente en almacenes específicos de la Facultad de Medicina y en el Campus de Rabanales. La UCO se deshace de estos residuos cada seis meses: una vez antes del verano y otra antes de Navidad. Las empresas gestoras de residuos peligrosos se encargan de su eliminación definitiva.
Cumpliendo con la actual de residuos, cualquier empresa o institución generadora de este tipo de residuos debe evitar todos los riesgos. Por ello, la Universidad, como el resto de organismos, se somete a inspecciones periódicas de comprobación del cumplimiento de los procedimientos adecuados.
El SEPA trabaja ahora para reducir la cantidad de residuos generados de este tipo. Así, desde hace dos semanas se imparten cursos de "formación personalizada para minimizar los residuos". Hasta el momento se denota una reducción gradual comparándolo con los datos del año pasado.
Además, también se intenta que los residuos que se generan "sean cada vez menos peligrosos". Esto se consigue con la sustitución de algunos componente y también a través de "formación continua y con una política de buenas prácticas", señala Antonio Gomera, quien añade que "el mejor residuo es el que no se genera".
El SEPA nació en 2000 y un año más tarde se puso en funcionamiento. Desde entonces y, tras el diseño de un procedimiento para gestionar los residuos estos han ido en aumento, según indica Gomera. La cantidad de desechos que se producen en la UCO es inferior a otras instituciones, como la de Granada, que generó el año pasado 35 toneladas de residuos.
Via El Día de Córdoba
palm z (cc)
Córdoba