Limpiar sin generar residuos innecesarios
La lista de productos que utilizan componentes químicos en su composición es tan grande como la de los rincones de la casa que debemos limpiar. Así, disponemos de productos para el lavado de la ropa, para la vajilla, plaguicidas u otros artículos de limpieza como lejías o desincrustantes… Pero, ¿cómo podemos asegurarnos que estamos haciendo un uso correcto de los mismos para no perjudicar a nuestra salud o al medio ambiente? ¿Podemos sustituir estos productos por otros menos contaminantes?
Existe cada vez mayor control sobre los productos químicos. Sin embargo, los armarios de nuestros hogares se encuentran abarrotados de compuestos con diferentes finalidades de limpieza o saneamiento que los utilizan. Los productos de limpieza del hogar son uno de los tipos de vertidos domésticos más comunes, aunque la buena noticia es que la mayoría de ellos pueden reducirse o sustituirse por otros con menos carga contaminante para las aguas, nuestra salud y en último término, el medio ambiente.
La Guia práctica para reducir los vertidos domésticos, publicada por la Fundación Ecologia y Desarrollo,-ECODES-, nos facilita diferentes pautas.
La primera de ellas, centrada en el momento de la compra, nos insta a optar por productos con la Etiqueta Ecológica Europea que distingue aquellos productos más respetuosos con el medio ambiente.
Si no encontramos productos con este sello, podemos probar a utilizar productos tradicionales como el agua, jabón de trozo o de escamas, estropajos, vinagre o bicarbonato. Quizás el proceso de limpieza sea más largo, pero hacen la misma función que los agresivos limpiahornos, desastacadores o desinfectantes que tantas veces utilizamos. Además existe la página web Cleanright donde los consumidores podemos conocer productos de limpieza y mantenimiento recomendados, beneficios que cada tipo de producto ofrece y cómo obtener los mejores resultados de una forma segura y medioambientalmente responsable.
Con todo, hemos extractado alguno de los mejores consejos que nos deja la Guía de Ecodes, que señala, creemos que con acierto, que en condiciones de higiene normales es perfectamente posible el uso de estas recomendaciones.
- HORNO: En la limpieza del horno se recomienda usar productos menos agresivos. Primero tratar de usar recipientes altos para ensuciar menos. Si se derrama algún líquido, se puede aplicar sal sobre el mismo cuando aún está caliente. Además, mientras el horno está templado se puede usar una mezcla de vinagre, limón y algo de jabón para limpiarlo. Para la suciedad incrustada se puede utilizar una disolución de bicarbonato sódico.
- LIMPIADORES: Evitar o al menos reducir el consumo de productos muy agresivos como limpiadores de alfombras y tapicerías, desatascadores químicos, abrillantadores, etc. Si no queda otro remedio, lo ideal es utilizar dosis muy pequeñas. En ocasiones es posible sustituir estos productos por otros menos contaminantes para el agua, como son el jabón de taco, vinagre, bicarbonatos y estropajos.
- VAJILLAS: Utilizar las dosis justas de lavavajillas al fregar platos a mano. Además se debería comprobar que el producto es biodegradable. Debe evitar echarse continuamente jabón en el estropajo ya que esto provoca el uso de más jabón del que se necesita. Una alternativa es el uso de lavavajillas ecológicos, aunque su uso no está muy generalizado todavía. El jabón para el lavavajillas automático no debe contener cloro ni fosfatos. Además es recomendable renovar las sales con la frecuencia que indique el fabricante. Obviamente el lavavajillas debe ponerse cuando esté lleno, con esto se ahorra agua.
- INODOROS: Los limpiadores específicos para el inodoro con acción desincrustante pueden ser sustituidos por vinagre puro o en su defecto bórax. La lejía hay que utilizarla con moderación. Un limpiahogar general biodegradable puede ser suficiente para desinfectar y contiene agentes menos agresivos incluso para el inodoro. Hay que procurar evitar el uso de perfumantes de inodoro ya que básicamente solo sirven para perfumar el baño y colorear el agua, y resultan altamente contaminantes.
- SUELOS: Para fregar el suelo, en muchas ocasiones, es suficiente agua caliente y algo de jabón para lavavajillas. Para el suelo de parquet, suficiente con agua y vinagre y lo mismo para azulejos y baldosas.
- CRISTALES: Para los cristales puede ser suficiente utilizar papel de periódico mojado y seco si el cristal no está muy sucio o, en su defecto, utilizar un limpiahogar multiusos suave o líquido de lavavajillas.
- DETERGENTES: Elegir detergentes sin fosfatos ni blanqueantes químicos y que se degraden rápidamente. En cuanto al uso de suavizantes es recomendable no utilizar mucha cantidad porque no consiguen una mayor limpieza ni olor en la ropa.
Como se apuntaba en las conclusiones de CONAMA 2012, “reducir el daño que causamos sobre el medio ambiente debido a los vertidos domésticos está en nuestra mano y las acciones que podemos llevar a cabo no entrañan grandes dificultades. Simplemente mediante la adopción de determinadas prácticas más responsables que sustituyan a las que hacemos habitualmente podemos reducir el impacto que nuestros vertidos tienen en las aguas”.