En el año 2008 China instauró una ley que prohibía a las tiendas dar bolsas de plástico a sus clientes de forma gratuita. Dos años después de la puesta en marcha de esta medida, el consumo de bolsas se ha reducido a la mitad, lo que significa que el depósito en vertederos se ha reducido en aproximadamente cien mil millones de bolsas plásticas.

Esta medida es un buen ejemplo de como la política puede lograr grandes resultados medioambientales satisfaciendo a casi todo el mundo: los propietarios de tiendas pueden obtener pequeños beneficios mediante la venta de bolsas, los consumidores aprenden a reutilizarlas y todos se benefician de la mejora ambiental.

Haoran He, estudiante de la Universidad de Göteborg, ha estudiado los efectos de esta ley en el comportamiento de la sociedad, obteniendo algunas conclusiones destacables: 

Antes de la ley del 2008, los ciudadanos de Beijing y Guiyang utilizaban una media de 21 bolsas de plástico nuevas cada semana. Después de la ley, el consumo cayó un 49 por ciento y casi la mitad de las bolsas fueron reutilizadas. A pesar de que es una mejora significativa, el investigador concluye que todavía hay margen de mejora. Meses después de la promulgación de la ley, los propietarios de tiendas seguían proporcionando un 60% de sus bolsas de forma gratuita a sus clientes.