Los patrones climáticos subyacentes proporcionan pronósticos más precisos de sequías a largo plazo

A medida que el aumento de las temperaturas, el crecimiento de la población y las presiones ecológicas intensifican el impacto de las sequías, la precisión de los pronósticos cobra cada vez mayor importancia. Los pronósticos de sequía tienen el potencial de fundamentar las estrategias de gestión del agua a nivel nacional e internacional, como las descritas en la Directiva Marco del Agua de la UE.
Sin embargo, los métodos de pronóstico actuales, que se basan principalmente en predicciones meteorológicas a corto plazo, tienen dificultades para predecir las sequías con mucha antelación, y su eficacia se limita en gran medida a una sola temporada. Se necesitan nuevos métodos para respaldar respuestas eficaces a la escasez de agua. Una alternativa prometedora utiliza el conocimiento de los patrones repetitivos en los principales sistemas meteorológicos.
Para probar este enfoque, los investigadores aplicaron datos de dos fuentes. En primer lugar, utilizaron registros del Archivo Nacional de Niveles de Aguas Subterráneas (NGLA) del Servicio Geológico Británico, recopilados entre 1960 y 2023. Midieron la duración e intensidad de las sequías cuando los niveles de agua subterránea descendieron por debajo de ciertos umbrales.
En segundo lugar, utilizaron el Índice de Oscilación del Atlántico Norte (NAO) para capturar las diferencias en los patrones de presión atmosférica a nivel del mar entre zonas subtropicales y polares del Atlántico Norte. Estos sistemas atmosféricos de largo alcance, conocidos como teleconexiones, pueden influir en los patrones meteorológicos a miles de kilómetros de distancia y son un factor clave en el control de las precipitaciones en Europa.
Los investigadores compararon las tendencias de sequía observadas en la NGLA con los ciclos subyacentes de ocho años identificados en el Índice NAO y analizaron la relevancia de las asociaciones observadas entre ambos. La información combinada se utilizó para construir un modelo que explora cómo la NAO podría influir en las sequías de aguas subterráneas.
Descubrieron que los patrones de la NAO pueden utilizarse para predecir la duración y la gravedad de las sequías a nivel nacional y regional. Las predicciones podrían realizarse y planificarse con hasta cuatro años de antelación. Este estudio respalda las sugerencias previas de que las tendencias de teleconexión a largo plazo podrían ser un predictor más fiable de futuras sequías que los datos mensuales o la precipitación invernal media.
El rendimiento del modelo varió según la duración de la sequía, mostrando la mayor precisión al predecir sequías más prolongadas. Su eficacia también difirió entre regiones hidrogeológicas, observándose los mejores resultados en zonas donde el sistema hídrico responde lentamente a los cambios en la precipitación, como en los acuíferos de arenisca. Es probable que estos hallazgos se deban a los déficits de precipitación a largo plazo que provocan sequías más prolongadas y a la sensibilidad regional a las señales de la NAO. En el Reino Unido, el modelo tuvo un mejor rendimiento en las regiones de arenisca y tiza de Chiltern del Támesis, pero mostró una menor capacidad predictiva para la caliza o la tiza meridional.
Para mitigar los efectos más graves de la sequía, las autoridades públicas recurren a medidas como la restricción de la extracción de agua y el trasvase de agua entre cuencas hidrográficas en función de las necesidades de abastecimiento. Sin embargo, estas intervenciones requieren la coordinación entre las autoridades nacionales y regionales, así como la definición clara de las funciones y responsabilidades del sector privado en el abastecimiento de agua, incluyendo el seguimiento de los indicadores de sequía y la implementación de medidas de gestión.
El principal componente de la gestión de la sequía en la Directiva Marco del Agua de la UE incluye la obligación de gestionar de forma sostenible las aguas superficiales y subterráneas. Los permisos de extracción de agua deben respetar los caudales ecológicos de los ríos, y la extracción de agua subterránea no debe superar las entradas. Se anima a los Estados miembros a adoptar planes de gestión de la sequía. Estos no son obligatorios, pero representan una buena práctica para las cuencas hidrográficas con escasez de agua. Estos planes promueven el uso sostenible del agua, incluyendo marcos para la asignación de agua y sistemas de alerta temprana que detectan los riesgos de sequía. Una previsión más precisa, como el enfoque explorado en este estudio, podría resultar especialmente valiosa.