Los vertidos de crudo alteran el desarrollo de grandes especies marinas
El derrame de miles de toneladas de petróleo en 2010 por la plataforma Deepwater Horixon en el Golfo de México, ha provocado graves defectos en el desarrollo del corazón del atún rojo y del de aleta amarilla, según un nuevo estudio realizado por un equipo de la NOAA, la agencia meteorológica y oceánica de Estados Unidos.
El atún rojo del Atlántico, el atún aleta amarilla, y otras muchas especies desovan en el norte del Golfo durante los meses de primavera y verano. En 2010, esto coincidió directamente con el derrame de la plataforma Deepwater Horizon. Sus embriones, que flotan cerca de la superficie del océano, estaban potencialmente en peligro cuando el petróleo crudo salió sin control del pozo dañado para formar grandes manchas superficiales.
"Sabemos por el derrame del Exxon Valdez de 1989 en Prince William Sound que los peces recientemente desovados son especialmente vulnerables a la toxicidad del crudo", dijo Nat Scholz, jefe del programa de la ecotoxicología en el Northwest Fisheries Science Center de la NOAA en Seattle. "Ese derrame nos enseñó a prestar mucha atención a la formación y función del corazón", dijo.
El petróleo crudo contiene mezclas de hidrocarburos aromáticos policíclicos o PAHs. Estos PAHs afectan negativamente el desarrollo del corazón en las dos especies de atún, y en una especie de medregal, al disminuir los latidos del corazón o causar un ritmo descoordinado, que en última instancia puede conducir a insuficiencia cardíaca.
Según el estudio, los umbrales para los defectos de desarrollo son muy bajos, en el rango de aproximadamente 1 a 15 partes por mil millones, en el rango de concentración de PAH de las muestras de agua recogidas durante el derrame. Los peces muy afectados con insuficiencia cardíaca y mandíbulas deformes son propensos a haber muerto poco después de la eclosión.
El equipo de la NOAA ha demostrado en trabajos anteriores que los peces que sobreviven a la exposición de crudo transitoria pueden sufrir cambios sutiles y transitorios en el ritmo cardíaco durante el desarrollo. Estos cambios pueden afectar permanentemente a la función cardiaca y el rendimiento de natación en las etapas posteriores de la vida. "Constituyen un factor potencial para la mortalidad retardada" afirmó John Incardona, científico del NOAA y autor principal del estudio.
Para obtener estos resultados, se recogieron muestras de crudo y se transportaron a los criaderos en tierra en Australia y Panamá con reproductores de desove de atún rojo y rabil. Esto proporcionó el acceso a los embriones y larvas, lo que permitió a los científicos emular las exposiciones de petróleo crudo realistas con el medio ambiente para ambas especies.
Este estudio es la culminación de más de dos décadas de investigación de la NOAA sobre la toxicidad del petróleo crudo para la pesca en etapas tempranas de la vida .
En las consecuencias del derrame de Exxon Valdez hace 25 años la NOAA descubrió que los PAH del petróleo crudo son altamente tóxicos para los embriones y larvas de arenque del Pacífico y el salmón rosado, que engendraron en hábitats contaminados con petróleo cercanos a la costa. En años más recientes, los investigadores en el Centro de Ciencias Pesqueras del Noroeste de la NOAA han demostrado que estas deformidades del desarrollo son causados principalmente por defectos cardíacos.
Los efectos del petróleo crudo de DeepWater Horizon sobre atunes fueron muy similares a los efectos observados previamente en otras especies de peces expuestos a petróleo. Dada esta coherencia, los autores sugieren que puede haber habido impactos relacionados con el corazón en el pez espada, el marlin, la caballa y otros peces en el norte del Golfo. "Si ellos engendraron en la proximidad de petróleo, son de esperar este tipo de efectos", dijo Incardona.
Emilio I.Pazino (cc)