Materiales para la industria química y alimentaria a partir de residuos del aceite
Se trata, además, de la primera vez que el alpeorujo es usado para la producción de biosurfactantes, que son moléculas de origen biológico y excelente compatibilidad ambiental, con numerosas aplicaciones en campos tan variados como cosmética, medicamentos, alimentación, detergencia o medioambiente.
El alpeorujo es el residuo generado durante la extracción del aceite de oliva por el proceso de dos fases. Si bien la implantación de dicho sistema ha mejorado notablemente la problemática ambiental de la producción de aceite, el alpeorujo sigue representando un problema ambiental y de gestión, debido a su carga contaminante y al elevado volumen en que es generado.
Los aceites de cocina usados, por su parte, son también producidos en grandes cantidades en hogares, hoteles y restaurantes. Aunque existen empresas autorizadas que se encargan de su recogida, y la tasa de recuperación va en aumento, es difícil encontrar un uso posterior para estos productos que tienen igualmente una elevada capacidad contaminante.
En la actualidad, los dos residuos son usados para la producción de energía ya sea mediante su combustión directa (alpeorujo) o su conversión previa en biocombustibles (aceites usados). Es por ello que este grupo de investigadores de la Universidad de Granada se ha propuesto convertirlos en sustancias con un alto valor añadido, como las ya mencionadas.
Además, para dicha conversión se han usado procesos biotecnológicos. Así, para el aprovechamiento del alpeorujo se ha fermentado el mismo con microorganismos productores, consiguiendo por primera vez producir este tipo de sustancias usando cepas de Bacillussubtilis y de Pseudomonasaeruginosa y alpeorujo como única fuente de carbono.
Este hecho puede suponer un importante avance hacia la obtención de estos biosurfactantes a precios más reducidos que los actuales y para la conversión óptima del aceite residual.