No sólo hay que disminuir la cantidad de residuos producidos, sino la carga contaminante y peligrosidad de los productos
Margarita Ruiz Saiz-Aja, Subdirectora General Adjunta de Residuos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) apostó, en el seno del curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) celebrado en Santiago de Compostela entre los días 8 y 10 de julio, por “avanzar hacia una Europa eficiente en el uso de recursos,” caminando en la senda de la denominada “economía circular”. Es por ello que insistió en el mayor impulso que debe darse a la prevención, propiciando la fabricación de productos de uso múltiple en el ámbito de la “responsabilidad ampliada del productor” y contribuir a la denominada “sociedad del reciclaje”.
Tal y como desveló, en Europa se producen cada año 2.700.000 toneladas de desechos, reciclándose tan solo una media del 45 por ciento de los municipales. En este sentido, concretó que el reciclaje, junto con la reutilización, constituyen las opciones de gestión que más beneficios reportan, sobre todo porque generan puestos de trabajo. Y la Comisión Europea lo ha tenido muy en cuenta. No en vano, en una Comunicación sobre economía circular, apuesta por el incremento de la reutilización y el reciclado en un 70 por ciento para 2030, prohibiendo el vertido de materiales reciclables.
En el ámbito de la prevención, trasladó que la normativa comunitaria obliga a que los Estados miembros dispongan de planes integrados de residuos, fomentando la reducción de los mismos. No obstante, diferenció entre reutilización, entendida a nivel de productos y nunca de desechos, y preparación para la reutilización.
Asimismo, observó que el compostaje doméstico no se considera prevención, ya que el desperdicio a compostar se ha generado, pero sí confirmó que esta práctica tiene consecuencias sobre la misma.
También aludió a que en la nueva normativa comunitaria cambia el concepto de prevención, entendiéndose como tal las medidas adoptadas antes de que un producto alcance la categoría de residuo, al tiempo que precisó que reducir no es solo disminuir la cantidad de desperdicios, sino la carga contaminante y peligrosidad de los productos.
Una vez producido el desecho, apuntó que debe priorizarse la preparación para la reutilización, siguiendo con el reciclado, otras formas de valorización (incluida la energética) y la eliminación. Lo importante es, según la portavoz del MAGRAMA, “romper el vínculo entre el crecimiento económico y la generación de residuos”.
Tomando como referencia los datos del año 2011, señaló que la generación de basura, debido a la crisis económica, alcanzó los niveles de 2005, viéndose aminorado igualmente el consumo de envases, que bajó hasta tasas inferiores al 2003.