Nueva utilidad de los plásticos para la construcción de una minipresa
Ramiro Merino, autor del trabajo, comenta que en algunos países es preciso mantener la hidratación de los suelos "lo que permite el desarrollo de una capa vegetal y el mantenimiento de los recursos hídricos freáticos”. Además, explica que en muchas ocasiones el agua cae en la cuenca y rápidamente la escorrentía la dirige hacia el mar y así “el tiempo de permanencia del agua es demasiado escaso como para que pueda haber una infiltración y es a través de ella, de la hidratación de los suelos, como surge toda la vegetación silvestre”.
La desprotección de la cubierta vegetal, puede generar desertificación y, por ello, la construcción hidráulica se presenta como un "procedimiento económico, fundir en molde abierto, que permite hacer grandes piezas sencillas. El molde se hace con un material barato, luego se vierte el plástico y se calienta con leña o combustibles de bajo coste. Una vez que el plástico se ha licuado se retira el calor, se desarma el molde y se obtiene la pieza”, afirma el investigador, quien ha patentado la idea.
La presa está formada por dos piezas que se ensamblan, una central en forma de U y otras laterales colocadas a ambos lados para alcanzar el ancho necesario del arroyo donde desee instalarse. Según Merino, la propia presión del agua “aprieta los paneles contra la cuña y se produce una obturación”. La presa cuenta con un pequeño aliviadero, de manera que el agua fluye y va alimentando a la siguiente presa, que se sitúa a unos dos metros más abajo, subiendo el nivel freático “del orden de metro y medio o dos metros” y favoreciendo la recarga de los acuíferos. Además, cuenta con un sistema de control para consultar de forma remota el nivel de caudal.
Una cualidad más de la presa ideada es que es reciclable, por lo que se puede retirar y colocar en otro arrollo, pues su forma modular y su colocación no requiere grandes obras civiles ni alteraciones del entorno. En relación con esto, cuenta con una válvula de fondo y de una escalerilla de agua “que permite a las truchas o a los cangrejos, por ejemplo, colonizar las distintas partes de la cuenca, sin que la presa represente algún problema para ellos”.
El profesor Merino calcula que el coste de la instalación ronda los 18.000 euros por presa, lo que supone un ahorro considerable con respecto al de un azud, la barrera habitual para aumentar el caudal de los ríos. Éste además, es permanente y precisa una obra importante.
Con todo ellos, la presa se adapta al informe de la Unesco Agua, una responsabilidad compartida, por el cual se debe tender a una disminución de las construcciones hidráulicas que distorsionen ecosistemas.
Via SINC
Foto de rahego (cc)
Valladolid