"Plogging" desde el agua: recoger basura en kayak
Hacer deporte es bueno para la salud, pero hacerlo mientras se recoge basura lo es también para el medio ambiente. Esta 'modalidad deportiva' que nació en Estocolmo y pronto conquistó a muchos deportistas de Europa y Estados Unidos ha dado un paso más y del asfalto ha saltado al agua. El 'plogging', término que fusiona la expresión inglesa running (correr) con la sueca 'plocka upp' (recoger), ha encontrado una nueva variante en Australia con tours organizados en kayak para hacer deporte mientras se contribuye a limpiar las aguas del puerto de Sidney. Dos en uno.
Los aficionados al 'plogging' dicen que se pueden perder 300 calorías en apenas 30 minutos entre correr y las sentadillas que hacen cada vez que se agachan para recoger cualquier resto que, en lugar de acabar en una papelera, ha terminado ensuciando el suelo. Además, sólo se necesita ir provisto de una bolsa de basura y de un reproductor de música y unos cascos si se quiere amenizar el paseo.
Para la variante en kayak se requiere además de la bolsa en cuestión un remo y un colador para atrapar restos de basura. Y poco más, sólo ganas de remar y de cuidar el medio ambiente. En Australia se han popularizado estos tours de recogida de basura en kayak. Clean up Kayak ofrece recorridos por el puerto de Sidney, donde además de disfrutar de esta experiencia deportiva se limpia la basura del puerto.
"Nos ha sorprendido bastante el éxito, incluso durante la pandemia. Hemos estado muy ocupados", explica en declaraciones a Reuters la fundadora de esta iniciativa, Laura Stone. "Como no pueden viajar, la gente busca algo que hacer que no sea sólo para ellos sino también para el medioambiente". Hacen cuatro o cinco salidas cada semana y logran recoger alrededor de 200 kilos de basura cada mes, la mayoría desechos de plástico.
Se estima que todos los años entran en el Mediterráneo hasta 570.000 toneladas de plástico, el equivalente a 33.800 botellas por minuto. A escala mundial, la proporción aumenta a ocho millones de toneladas métricas anuales (algunas estimaciones hablan ya de 29 millones de toneladas en 2040). De seguir esta tendencia, a mediados de siglo puede haber en nuestros mares más plástico que peces.
Y con las mascarillas y los guantes para hacer frente a la pandemia de COVID-19, la situación ha empeorado. "Pronto puede haber más mascarillas que medusas en el Mediterráneo", advirtió hace unos meses Laurent Lombard, cofundador de Operación Mar Limpio, desde la localidad de Antibes, en la Costa Azul. Impedir que eso suceda está en nuestras manos.
[Esta noticia fue originalmente publicada en El Mundo. Lee el original aquí]