Polémica alrededor de Ecoembes por el envío de residuos plásticos a Brasil
Un portavoz de la compañía afirmó que no tienen ninguna relación con la carga de 60 toneladas de estos desechos que partió del puerto de Valencia el pasado 23 de julio y que llegó el 23 de agosto al puerto brasileño de Itajaí tras pasar por 10 puertos distintos y recorrer 10.519 millas náuticas. Así, este responsable recordó que existen una serie de contratos que condicionan tanto a las empresas encargadas de la recuperación como a las de recepción de los envases para su reciclaje. En el caso de Ecoembes, aseguran que las empresas con las que consorcian la gestión del residuo están obligadas a reciclar el producto dentro de sus propias instalaciones por lo que la exportación o envío a otras empresas o países de residuo en bruto es un incumplimiento de contrato y una "ilegalidad".
La empresa ha comunicado que investigará la procedencia del material, que podría no haberse generado ni siquiera en Valencia, y que se ha puesto en contacto con el Ibama (Instituto Brasileño do Meio Ambiente e dos Recursos Naturais Renovaveis). La Generalitat Valenciana, con quien Ecoembes mantiene un convenio marco para la gestión de los envases, también se ha interesado por las pesquisas que se han iniciado.
Ecoembes insiste que sus prácticas son transparentes y que las relaciones con los recicladores y con las 95 plantas de selección de envases prohíben determinantemente esas prácticas. Así, los recicladores que tienen firmados contratos con Ecoembes están obligados a reciclar en sus instalaciones el material que llega de las plantas de selección o directamente desde los contenedores amarillos. "Otra cosa es el destino que se da al PET (Tereftalato de polietileno) una vez recuperado como materia prima. Aquí ya entran las leyes de mercado y puede venderse en cualquier sitio", aclararon.
Las imágenes que llegan de Brasil contienen el nombre de una empresa que opera varias instalaciones de recogida y plantas de selección de residuos en la Comunitat Valenciana, además de la leyenda "RSU", (Residuos Sólidos Urbanos), el tipo de producto, "PET" y el nombre de un emplazamiento concreto, pero que resulta prácticamente ilegible.
El embalaje utilizado descarta que el plástico proceda de una planta de recicladores o de los contenedores amarillos. La etiqueta "RSU" indica que se trata de un "residuo" procedente de una instalación donde la basura de los contenedores de la fracción "resto"-donde habitualmente se depositan las bolsas de residuos doméstico sin reciclar- es sometida a un proceso de selección-manual o automática- para separar los materiales aprovechables.
Recordemos la noticia surgió el pasado sábado y que las autoridades brasileñas piensan que los plásticos se dirigían a alguno de los vertederos de Farroupilha, en el estado de Rio Grande do Sul. La investigación se inició por el hedor de los contenedores. El material había sido importado por una empresa de la localidad citada a través de una importadora uruguaya cuyo nombre no ha trascendido. Aunque las autoridades del país no habían confirmado quien era el "exportador", miembros de la aduana indicaron la presencia de etiquetas identificativas de Ecoembes.
Un informe elaborado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) declaró que el material identificado como el plástico de desecho para reciclaje tenía "moho, babosas y moscas" y su reciclado, según estas fuentes, era "inviable". Una vez asimilado a basura su importación es considerada ilegal en Brasil. Ahora, la "Receita", equivalente a la Administración de Aduanas, en colaboración con Anvisa e Ibama, colaboran para expedientar a la empresa que compró la basura en Brasil por un presunto delito contra la salud y el medio ambiente. La sanción podría ascender a 2 millones de reales (860.000 euros). Por otra parte, las autoridades brasileñas han confirmado las gestiones para la devolución de la carga a España, presumiblemente a Valencia, "lo más pronto posible".
Vía Levante-emv
Foto de federubio01 (cc)
Itajaí, Brasil