Proyecto para descontaminar suelos de cobre y arsénico en México

Investigadores de la Facultad de Química y del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) concluyeron el mayor proyecto realizado en el país para la rehabilitación de un predio contaminado con arsénico y cobre, que ahora podrá ser usado para desarrollo de viviendas y centros comerciales.
El proyecto se realizó a las afueras de la ciudad de San Luis Potosí, en un terreno que fue fábrica de cobre que operó más de 100 años, desde el siglo XIX y que actualmente pertenece a Industrial Minera México. Entre las aportaciones universitarias originales, está la construcción de un confinamiento de formación geológica estable, que es una estructura en forma de pirámide sin punta, cubierta de materiales químicamente inertes e impermeables, para evitar que los contaminantes afecten a cuerpos de agua, tierra o a seres vivos.
Margarita Gutiérrez Ruiz, de la Faculta de Química, y Francisco Martínez Romero y Luis Gerardo Martínez, del Instituto de Geología, indicaron que en consenso con las autoridades ambientales, los especialistas universitarios realizaron toda una estrategia metodológica para esta rehabilitación que se realizó durante un año.
“Los resultaros indicaron que se alcanzaron los niveles de remediación y que todas las concentraciones son inferiores a los niveles autorizados por la Cofepris (Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios) y por lo tanto pueden ser usados para fines residencial y comercial”, explicó Francisco Martínez Romero.
En una primera etapa se estudiaron los residuos y cómo se iban a manejar, y luego se valoró si los mismos habían impactado el suelo y los cuerpos de agua. En una tercera etapa se aplicaron las recomendaciones para limpiar el sitio y que quedará listo para los diferentes tipos de uso de suelo que requería la ciudad.
Desde la academia se propuso un sistema multibarrera, con forma de pirámide truncada, geotécnica, geoquímica y geológica de protección, para que los residuos se queden en el sitio de manera segura.
Explicaron que una vez que se solucionó el problema de residuos, se pasó a la valoración del daño ambiental, pues durante 100 años se contaminó la zona, por lo que no sólo se trabajó con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) sino con la Secretaría de Salud, a través de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Martínez Romero dijo que se cumplió con toda la normatividad ambiental mexicana, se tomaron casi dos mil muestras que arrojaron que la calidad del agua subterránea nunca fue afectada. “Lo que se identificó, es que el suelo tenía diferentes grados de contaminación y a diferentes profundidades”. Por ello, una vez ubicada esa contaminación “procedimos y esto es novedoso en el país, no todo lo que está contaminado significa que representa un riesgo”, por lo que se llevó a cabo una metodología, con el fin de demostrar que los metales pesados en ese suelo no representaban daño a la salud, expuso.
“Llegamos a ciertos límites que no representaban daño a la salud y entonces, en 2013, en un oficio, la Cofepris nos acepta que los límites en esos suelos de esos metales, no representarían un daño a la salud, por tanto, el sitio podría ser integrado al desarrollo urbano, siempre y cuando en todo el terreno lográramos esos límites”, lo cual se alcanzó, afirmó.