Ante esta situación, el presidente de la Asociación de Transportistas de Contenedores de Obras (Atranscoex), Manuel Llera, ha afirmado que en dos o tres días los escombros llegarán a la vía si no se remedia con actuaciones como el allanamiento del terreno y desplazamiento de los residuos.

Hace siete años la administración de la ciudad y las empresas que se dedican a la retirada de vertidos llegaron a un acuerdo que autorizaba esa zona para la descarga de escombros. En este período, la Asociación es la responsable de pagar los mil euros semanales que cuesta aproximadamente contratar a la máquina que despeja los escombros, mientras que de esa ventaja se benefician el resto de transportistas que no pertenecen a la asociación.

Visto a dónde ha llegado la situación, ya la espera de que el Ayuntamiento licite la planta reciclado, se han negado a seguir pagando el mantenimiento y los vertidos se están convirtiendo en un problema. Ante la falta de limpieza del lugar y la espera del concurso, se sigue vertiendo en el lugar, que es el único sitio donde se pueden depositar los desechos.

El problema resulta más preocupante puesto que el 1 de enero entra en vigor el decreto de la Junta que prohíbe los vertidos. "Está totalmente prohibido verter en un vertedero porque no está autorizado, ni se recicla ni nada, vamos a tener un problema muy gordo a partir del 1 de enero", ha explicado Llera. Para la asociación que preside, la solución pasa por la puesta en marcha de la planta de reciclaje. Según explica el presidente "tardará tres o cuatro meses en hacerse como mínimo lo que hay que decir es que vamos a tener un problema a partir del día 1 porque ya no hay tiempo material para hacer esa planta. A no ser que haya un acuerdo entre el ayuntamiento y la Junta de Extremadura". El cabeza del ente local, Miguel Celdrán, ha solicitado paciencia a este respecto, pues todas las actuaciones conllevan un tiempo.