El Equipo de Protección del Medio Ambiente (EPROMA) estará formado por un oficial y dos agentes que, entre otras funciones, tendrán la de vigilar que se cumple con la ordenanza de limpieza y denunciar a quienes cometan alguna infracción contra dicha norma.

Según ha destacado Nalda, en estos momentos se está ultimando la creación de esta unidad, que estará operativa a partir de la próxima semana.

El concejal ha señalado que la Policía de Distrito ya ha reforzado en las últimas semanas las labores de vigilancia y control, tras concluir la campaña informativa sobre limpieza desarrollada desde la Concejalía de Medio Ambiente.

Y a partir de ahora, este nuevo equipo específico se ocupará de patrullar, de paisano, para sorprender a posibles infractores y denunciar a aquellos que no respeten la ordenanza, una labor que seguirá siendo apoyada por el resto de agentes del cuerpo, que también prestarán especial atención a este tipo de infracciones.

El concejal de Protección Ciudadana ha subrayado que la ordenanza municipal de gestión de residuos urbanos y limpieza viaria prevé sanciones de hasta 300 euros.

Las infracciones más frecuentes y que el Ayuntamiento considera prioritario atajar están relacionadas con el depósito de residuos fuera de los contenedores y con la presencia de chicles, colillas, papeles, excrementos de perros y otros pequeños residuos en las calles.

Durante un mes la Concejalía de Medio Ambiente ha estado informando a los ciudadanos y a los responsables de establecimientos comerciales y hosteleros, tratando de concienciarles de la importancia de colaborar entre todos para que Santander esté más limpia.

Nalda ha precisado que “los que incumplen son pocos, pero perjudican mucho a todos” y ha apelado a la responsabilidad individual de cada ciudadano y a la obligación de todos de no ensuciar la ciudad.

Por último, ha recordado que la ordenanza municipal establece diferentes infracciones, entre ellas, arrojar a la vía pública toda clase de productos, tanto en estado sólido como líquido, incluidos los residuos procedentes de la limpieza de la vía pública por los particulares; no depositar en las papeleras los residuos sólidos de tamaño pequeño, como papel, envoltorios y similares; depositar las basuras fuera de contenedores o buzones; y depositar residuos orgánicos a granel en los contenedores o buzones de recogida.