Toneladas de basura sin destino en Alicante
El problema de la basura en La Vega Baja vuelve a ser objeto de discusión. La planta de tratamiento de residuos de Crevillent, que recibe y gestiona los residuos de esta comarca, ha dejado de aceptar basura porque superará ampliamente su límite de almacenamiento. Ahora se plantea el problema de a dónde trasladar la basura, pero los organismos no se pronuncian o no se ponen de acuerdo.
La planta de Crevillent, gestionada por abornasa, tiene una capacidad de 90.000 toneladas anuales, pero prevee que a este ritmo recibirá 140.000 a final de año y el vacío administrativo para el plan zonal XVII parece ofrecer la excusa perfecta para no hacer nada al respecto. Abornasa ha pedido que se ponga ya en marcha el plan para la situación transitoria prevista para la zona XVII antes de que se construya el macrovertedero en Albaterra, que acogerá las 200.000 toneladas de basura generadas por la comarca. El vertedero no estará listo en menos de 3 años y hasta su finalización, los residuos deberían ser transladados a Alicante, Villena y Xixona. El problema es que esta situación transitoria no está resuelta de forma administrativa.
Vicente Tejedo, director de Calidad Ambiental ha declarado que la solución pasa por "Que la empresa a la que se le ha concedido el plan zonal (Cespa-Ortiz) se ponga a trabajar. Quien gestiona la basura es el consorcio". Por su parte, fuentes del consorcio de Basuras de la Diputación de Alicante aseguran que lo que se debería hacer es "Que Abornasa pida permiso para tratar más basuras a la Consejería porque el consorcio no está operativo sin que se active la situación transitoria".
Ante este vacío legal y este desacuerdo, el Ayuntamiento de Orihuela ha llamado a los técnicos de la Generalitat y éstos le han aconsejado llevar sus residuos temporalmente a Xixona. Sin embargo, el director de Calidad Ambiental desmiente esta teoría y el propio alcalde de Xixona, Ferran Verdú, desconoce este hecho.
La empresa Abornasa ya vivió una situación similar hace dos años y protestó ante la Diputación que en aquel momento presidía José Joaquín Ripoll. Entonces, también se habló de trasladar los desechos a Xixona y su alcalde movilizó a la Policía Local para que los camiones no llegasen al vertedero. La situación en aquel momento se resolvió con el vertedero de La Murada-Abanilla, pero en la actualidad, tato este vertedero como el de Torrevieja están clausurado por varias irregularidades y no existe alternativa.
El plan zonal para la comarca de La Vega Baja se aprobó 9 de abril por la Diputación entre protestas políticas y de los ciudadanas. Los alcaldes socialistas amenazaron entonces con abandonar el consorcio, aunque finalmente lo descartaron. El municipio de Albatera, gobernado por el PP, tampoco quiere acoger el macrovertedero, que carece de estudio medioambiental. Las asociaciones ciudadanas también rechazan el proyecto, que ese enfrenta a ya a varias enuncias y además es objeto de investigación en el caso Brugal. Mientras tanto, nadie toma una decisión y la basura sigue esperando a saber cuál será su destino.