Transformar desechos en combustible para incrementar la higiene en Kenia
Un nuevo proyecto keniano usa la energía proveniente de la luz solar para transformar desechos fecales en bloques de combustible similares a la leña, una iniciativa que busca incrementar la higiene en comunidades sin saneamiento y que se suma a la introducción de inodoros portátiles que facilitan la acumulación de residuos para su posterior recogida y utilización, lo que permite a su vez reducir la destrucción de árboles.
En las comunidades cercanas a Naivasha, 90 kilómetros al noroeste de Nairobi, Sanivation, una empresa keniana que se centra en prestar ayuda social, ha comenzado a repartir inodoros dotados de instalaciones sanitarias adecuadas. Estos, denominados 'cajas azules', son transportables y prescinden de cañerías. Los usuarios pagan una cuota mensual de cinco euros por la recogida de los residuos, que tiene lugar dos veces por semana.
Las implicaciones para la salud que suponen estos servicios en una comunidad con poco acceso a aseos modernos es significativa, ha aseverado el doctor Oren Ombiru. La causa principal de mortalidad infantil en Kenia es la diarrea, un problema que se agrava por las deplorables condiciones sanitarias. "Una de las mejores vías para evitar la diarrea consiste en eliminar los residuos con seguridad, lo que supone un desafío para la mayoría de los habitantes en zonas semiurbanas, quienes suelen tener bajos ingresos económicos", ha manifestado Ombiru.
Lo que hace del proyecto un verdadero reto en el terreno del saneamiento es el proceso que se lleva a cabo después de que se produzca la recogida de residuos de los aseos.
MEZCLA, QUEMA Y COCINA
Los residuos son mezclados con carbono y desechos de material vegetales, que han sido quemados y molidos previamente. La tecnología solar es usada por Sanivation para concentrar la luz solar y calentar así los residuos para esterilizarlos y permitir un uso seguro de los mismos. La mezcla se convierte entonces en una briqueta que funciona como leña.
Naomi Wanjira Chege, madre de tres hijos en la región de Karagita, lleva un año utilizado el aseo 'caja azul'. Chege gasta medio kilo de briqueta durante la elaboración de una comida. A pesar de que cuestan un poco más (20 céntimos) de lo que pagaría por carbón normal, su duración es mayor, de hasta cuatro horas.
"Cuando nuestros clientes usan las briquetas, cuyo precio es mayor que el del carbón, la eficiencia de estas hace que se ahorren al mes entre un 10 y un 15 por ciento de lo que se gastaban antes en carbón", ha estimado Kramer Roach, que ha señalado el éxito de ventas como indicador de que los precios no son demasiado altos para la población.
Aún así, Kramer Roach ha admitido que los costes son difíciles de asumir para algunas personas, pero que "al ser mensual, la población puede administrar el dinero con antelación y ahorrar, tal y como hacen con las rentas y otros gastos".
Las suscripciones, que se pueden suspender en cualquier momento, se han renovado en un 90 por ciento de los casos. Sanivation procesa una tonelada de residuos al mes, cifra que espera triplicar en los próximos seis meses. Kramer Roach cree que, además, los aseos portátiles podrían ser utilizados también en otro tipo de entornos como los campos de refugiados, donde hay una alta demanda de saneamiento.
europapress.es