Tratar los residuos en Galicia cuesta, de media, 22,3 euros al año por persona
Patente está la limitada sensibilización en cuanto al reciclaje y reutilización: en la Comunidad Autónoma se recupera el 10 % de sus residuos, frente al 15 % estatal o el 24 europeo. Esto obligó a invertir 62,4 millones de euros el pasado año en el tratamiento de sus basuras, según los datos que la Administración gallega maneja de los tres sistemas destinados a tal fin en la comunidad.
Los 296 ayuntamientos adscritos a Sogama pagaron en 2011 44,4 millones de euros por las 963.000 toneladas enviadas en camiones y trenes a Cerceda, ingresos a los que la entidad añadió otros 4,92 millones de euros de las empresas de reciclaje que le compraron los residuos reutilizables apartados de las bolsas de basuras, y los 41,2 millones más que le supuso la venta de energía obtenida en la incineración de desperdicios.
La gestión de Sogama supone, según datos de la Consellería de Medio Ambiente, un coste de 46,1 euros por tonelada a cada concello asociado, a lo que deben sumar el de la recogida en las calles de sus municipios.
Los nueve concellos de Barbanza que vierten en su propia planta (Ames, Brión, Carnota, Lousame, Muros, Noia, Pontecesures, Porto do Son y Rois) abonaron el pasado año a la sociedad de la mancomunidad 3,07 millones de euros por 33.700 toneladas. El coste por cada una alcanzó 91,2 euros, precio que se vio disminuido por el compost logrado y en 2,2 millones por materiales reciclados.
A 80 euros ascendió el precio por cada tonelada de basura tratadas en Nostián a los ayuntamientos de A Coruña, Betanzos, Abegondo, Arteixo, Bergondo, Cambre, Culleredo, Carral y Oleiros, que de todas formas derivan a Cerceda más de la mitad de las 188.000 toneladas que generan, al no contar sus instalaciones con capacidad para procesarlas.
Considerando estos tres modelos en conjunto, el tratamiento de los residuos tiene un coste de 22,3 euros al año por cada gallego, que ascienden a 110 euros de media por familia al añadirle la tasa que cada concello suma al recibo por la recogida local.
Precisamente la cuantía económica es el factor que más pesa en la Xunta para apostar por el sistema Sogama, y extenderlo a la planta prevista para el 2015 en O Irixo. Igual que en Cerceda, aquí, tras clasificar los residuos y separar el material reciclable, se incinerará parte del sobrante para generar energía; las instalaciones de Barbanza y Nostián apuestan por la generación de compost, por lo que los grupos ecologistas apoyan esta idea. Medio Ambiente cuenta con emplear también esta técnica con la puesta en funcionamiento de ocho plantas antes del 2020.
Con todo, las críticas llueven sobre la Xunta al escoger la incineración en el complejo ourensano puesto que en el caso de Cerceda se ve como un foco importante de contaminación. La Administración gallega demuestra la falsedad de este carácter nocivo con multitud de informes. El último, realizado por el Hospital de Cruces, lo que sí reconoce es el mal diseño del vertedero de Cerceda, en fase de ampliación tras llegar al borde de su saturación.
La Voz de Galicia
Cerceda, A Coruña