Un estudio alerta de nuevas impactos de los microplásticos en los organismos a nivel celular
Los microplásticos ingeridos pueden deformar las membranas celulares y afectar a su funcionamiento. Esta investigación, según informa la URV, demuestra el mecanismo por el cual los microplásticos, cuando entran en contacto con las membranas de las células, estiran y reducen en gran medida su estabilidad mecánica.
Los investigadores Vladimir Baulin (URV) y Jean-Baptiste Fleury, (Universidad de Saarland, Alemania) han descubierto que estas partículas plásticas pueden desestabilizar mecánicamente las membranas lipídicas al adherirse a ellas y apretarlas. Sus resultados han sido publicados en la revista PNAS.
Una membrana celular se considera semejante a un líquido y se sabe que cualquier efecto mecánico sobre un líquido desaparece con el tiempo, por lo que apenas se había estudiado esta posibilidad de estrés con causa física de las células. Mediante un modelo teórico, los investigadores identificaron cómo se produce el estiramiento mecánico de las membranas celulares.
Al experimentar sus hallazgos en glóbulos rojos humanos, éstos se estiraron, lo que reduce su estabilidad mecánica y puede alterar su buen funcionamiento, como su capacidad para transportar oxígeno. Los investigadores también descubrieron que las partículas de plástico nunca se mantenían estáticas en las células, sino que se movían constantemente por difusión continua. Ante estos resultados, los investigadores consideran que esta difusión es la causa del mantenimiento de este efecto mecánico e impide la relajación mecánica de la célula. “Ha sido un resultado inesperado teniendo en cuenta que es un modelo muy simple”, ha explicado Baulin.
Los microplásticos “no son fatales inmediatamente después de su ingestión en organismos vivos”, pero “se sabe que pueden oxidar o estresar las células a través de procesos biológicos”, ha señalado Fleury. “Sorprendentemente, sin embargo, observamos que las membranas de las células artificiales y los glóbulos rojos se estiran en presencia de microplásticos”, ha dicho. Esta es una nueva línea de investigación del grupo de Vladimir Baulin dedicada a los mecanismos microscópicos de contaminación en el medio marino. La URV cuenta desde hace pocos meses con la derivada DeepSea Numerical, que ambiciona crear una red de laboratorios subacuáticos abiertos a investigadores de todo el mundo para salvaguardar la biodiversidad.
Los microplásticos están contenidos en infinidad de productos de uso común (pasta de dientes, cremas solares y envases, por ejemplo) y acaban ingeridos por organismos acuáticos, terrestres y humanos a través del agua, la comida y el aire. Las partículas plásticas de un micrómetro están literalmente en todas partes: en los océanos, en el aire, en el Himalaya e incluso en las placentas de las embarazadas.
[Esta noticia fue publicada originalmente en EFE VERDE. Lee el original aquí]