Un grupo de expertos alerta sobre el origen terrestre de la mayor parte de las basuras marinas
La vida comienza en el mar. Y acaba en él. Es necesario concienciar a la población y (más importante todavía) sensibilizarla de que cada acción individual cuenta, fomentar que la pesca a pequeña escala pueda desarrollar su actividad respetuosa poniendo cerco a la furtiva y apremiar a las administraciones a innovar en nuevas formas de «rescatar» la basura del fondo del mar y darle una segunda vida. Un proceso circular que permita ser sostenibles y conservar la biodiversidad marina, concretamente la valenciana, que es «rica y variada».
Estos son los puntos principales sobre los que transitaron los ponentes de un panel informativo (esta vez, realizado en la distancia por motivos sanitarios de la covid-19) organizado por Levante-EMV y con el patrocinio de Facsa, la Autoridad Portuaria de Valencia y Caixa Popular sobre el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 14, el referente al cuidado de la vida submarina que tiene por objetivo conservar y utilizar de forma sostenible mares, océanos y recursos marinos.
El tema fue abordado por Sonia Albein, investigadora de reciclado mecánico en Aimplas (Instituto Tecnológico del Plástico); Vicente Pérez Crespo, presidente de la Comisión Interfederativa de Cofradías de Pescadores de la Comunidad Valenciana (Coincopesca) y de la cofradía de Cullera; Fernando Martínez Embid, miembro de la asociación Bioagradables, y Julio Gómez Vivó, director general de Medi Natural de la Generalitat Valenciana.
Albein comparte reflexión con Fernando Martínez Embid, miembro de la asociación Bioagradables, que se ocupa de sensibilizar sobre la basura que se acumula en las playas. «Queremos sensibilizar, no solo concienciar, pues una persona puede ser consciente de un problema pero no estar sensibilizada, que no le afecte. Queremos que se entienda el problema y se empatice con él». Su principal actividad para lograrlo son las jornadas de limpieza de playas. Dice Fernando Martínez que «la idea no es limpiar solo, no somos un servicio de limpieza, nosotros lo que buscamos es darnos cuenta de la cantidad de basura que hay en las playas y que no vemos, así como divertirnos y pasar un rato juntos», añade.
Por eso, siempre realizan las actividades sobre el terreno. «Vemos el cambio en la gente y en nosotros mismos», dice, al tiempo que parafrasea al escritor Andreu Escrivá: «lo más importante no es lo que hacemos nosotros como personas sino la capacidad que tenemos de influir en nuestro entorno». Añade que la contaminación en el mar y en los océanos se palia con unos hábitos «bioagradables». «Reciclar es importante pero no es lo principal, también hay que reducir el consumo y reutilizar». Piensa que el mundo va en la dirección correcta, que se han cambiado muchas cosas desde hace diez años pero que faltan políticas «útiles» en materia de medio ambiente y conservación marina.
«Si algo es urgente deberían tomarse decisiones urgentes y eso no se está haciendo», dice Martínez Embid. Por eso, cree que es «imprescindible la cooperación internacional, pues los océanos y mares son de todos los países del mundo» y requieren «cambios relevantes y no medidas superficiales y poco realistas». Como por ejemplo, concreta, leyes, sanciones, controles, etc. Sonia Albein insiste, por otra parte, en la importancia de fomentar «proyectos de circularidad». «Estos residuos existen y hay que hacer el hacer esfuerzo de sacarlos del mar y aprovecharlos como un recurso que tiene una segunda vida».
Los ponentes de la jornada sobre el ODS 14 coinciden en que los residuos que más se encuentran en las aguas marinas y en las playas del Mediterráneo, concretamente las valencianas, están hechos de plástico. Con la pandemia, han sido muchos los colectivos que han advertido sobre un exceso de mascarillas desechadas en las calles y en espacios públicos, un elemento diario que, además de contaminar el ambiente, es nocivo para el planeta. ¿Los cubrebocas llegan también al mar y a las playas? Sonia Albein, investigadora de Aimplas, dice que, pese a que en las vías públicas «veo millones» «de ahí a que lleguen al mar, pueden pasar uno o dos años». Durante este ejercicio, sí han sacado algunas de las aguas valencianas, pero sobre todo pone el foco en la proliferación de plásticos en el entorno marino. «Es el material más duradero y el que más consumimos, la mala gestión de estos envases o de otros productos de plástico está llegando al mar y tenemos que ser conscientes de ello», afirma.
Sobre el estado de los mares y océanos, la contaminación que hay en ellos y el vertido de residuos, Albein cree que «para ver lo que hay en el mar es necesario fijarse en lo que vemos en tierra» pues, la mayoría de los residuos que acaban en las aguas marinas vienen de la superficie. Y el 80 % es plástico. En este sentido, Albein apunta que este material es, precisamente, el más utilizado y más duradero. Necesita una buena gestión al desecharlo para que no acabe en el mar. Por eso, desde Aimplas abogan por «focalizarse en la prevención». Mientras tanto, explica varios proyectos que llevan a cabo para dar una segunda vida a los plásticos. Además de Oceanets, reciente premiado y que se ocupa de reciclar las redes pesqueras descartadas y convertirlas en material textil industrial o químico, también menciona «Repesca Plas», una iniciativa de análisis de los plásticos en el mar que identifica qué compuestos del material son más tóxicos. «Es clave que la gente sea consciente del aspecto que tiene la basura en el mar para evitarlo», remató. Así, la colaboración entre todos los agentes que viven del medio marino y la sensibilización ciudadana son fundamentales para atajar un problema que siempre comienza en tierra.
[Este contenido procede de Levante EMV. Lee el original aquí]