Un proyecto europeo fomenta la utilización de plástico para construir madera
- Railing: barandillas, pasamanos y todo lo relacionado con señalización.
- Flooring: suelos para una playa, en un parque, en un paseo…
- Decking: lo relacionado con puertos, como pasarelas de puertos, playas y demás.
Para el futuro, se busca estudiar quién realizará las acciones y, sobre todo, las empresas que invertirán en PROWASTE. Caldeiro asegura que se debe demostrar que se trata de una inversión rentable tanto a nivel financiero como de ciclo de vida. Además, la madera plástica tiene principalmente dos grandes ventajas medioambientales. En primer lugar su utilidad posterior como material combustible: se está enviando de forma masiva al vertedero la fracción plástica de la basura, debido a su complejidad de tratamiento. Y al fin y al cabo, el plástico no deja de ser otra cosa que petróleo sólido: si no puede tener una segunda vida por medio del reciclado, sí que se puede darle una segunda vida intentando extraer la energía que puede aportar. Esto directamente se traduce en producción energética a partir de residuos, y teniendo en cuenta las tecnologías actuales de valorización, la reducción de deshechos sin aumentar la contaminación adquiere una magnitud reseñable.
La segunda cualidad tiene que ver con la cantidad de plástico que se aparta de la circulación de residuos posterior a su uso. Además, la madera tradicional requiere un mantenimiento constante y no tiene una vida útil demasiado larga, mientras que la madera plástica no necesita apenas conservación y su duración es de 25 años aproximadamente.
Uno de los handicaps del proyecto es el uso de residuos, que genera reticencias debido a la falta de información. Por ello, el director técnico de CicloPlast apuesta por incluir al usuario final de los plásticos en la cadena, de manera que vea que sus gestos tienen un resultado.
La segunda cualidad tiene que ver con la cantidad de plástico que se aparta de la circulación de residuos posterior a su uso. Además, la madera tradicional requiere un mantenimiento constante y no tiene una vida útil demasiado larga, mientras que la madera plástica no necesita apenas conservación y su duración es de 25 años aproximadamente.
Uno de los handicaps del proyecto es el uso de residuos, que genera reticencias debido a la falta de información. Por ello, el director técnico de CicloPlast apuesta por incluir al usuario final de los plásticos en la cadena, de manera que vea que sus gestos tienen un resultado.
Vía Uviteco
juandesant (cc)
Madrid