Una empresa finlandesa revoluciona el sistema de recogida neumática
Hace unos años, antes de la crisis en la que estamos inmersos, numerosas ciudades en toda Europa comenzaron a incorporar sistemas de recogida neumática de residuos por lo que la época de los antiestéticos contenedores verdes parecía tener un final cercano. Los nuevos contenedores, más pequeños y de apariencia más moderna y agradable, se presentaban como la parte visible de un complicado entramado de tuberías subterráneas en las que la basura se compacta y viaja a unos 40 kilómetros por hora.
Grandes urbes como París o Barcelona ya disponen de estos sistemas en muchas de sus zonas, lo que les permite reducir costes de personal y de transporte puesto que los camiones que recogen la basura pueden hacer rutas más cortas. Además, la basura se puede sacar a cualquier hora del día y se evitan malos olores, ya que el contenedor succiona las bolsas en un par de minutos.
Sin embargo, el mecanismo presenta algunos problemas que todavía no han sido solventados y que, añadidos a la época de recesión económica actual, han puesto en tela de juicio la sostenibilidad de estos sistemas. La mayoría de los sistemas instalados en Europa están fabricados con tuberías de acero de medio centímetro de grosor, lo que hace que su instalación sea cara y su duración corta ya que es un material que se corroe fácilmente con la humedad. A este coste de instalación hay que añadir la energía necesaria para generar la corriente de aire que impulsa las bolsas de basura por la red. Además, a estos problemas se suman los atascos en las tuberías cuando se depositan residuos que el sistema no es capaz de compactar.
Desde hace décadas, la empresa sueca Envac ha liderado este sector, seguida de otras como la francesa Veolia. Desde hace poco, sin embargo, la finlandesa MariMatic se ha convertido en una interesante competidora en el mercado. MariMatic ha lanzado un modelo que utiliza tuberías de un compuesto plástico y ha reducido su grosor a 0,2 centímetros. Con estas dimensiones se consigue abordar otro de los problemas de los sistemas neumáticos tradicionales, ya que esa reducción permite que la energía necesaria para succionar la basura se reduzca a la tercera parte, pasando de 150 kw/hora a 50 kw/hora. La empresa finlandesa ya ha dado sus primeros pasos para convertirse en un referente y ha ganado una licitación de 50 millones de euros en Arabia Saudí para instalar este sistema.
Además de la innovación en los materiales, MariMatic ha incorporado alarmas que avisan cuando se introduce un material no permitido y ha añadido un mecanismo que detecta de forma automática los atascos en las tuberías y aumenta la presión de aire para intentar liberar el tubo obstruído. En relación a su sistema, Niclas Tylli, ingeniero mecánico de la firma finladesa indica que "estos sistemas ya existían en los años sesenta pero hasta ahora apenas se había producido ninguna innovación significativa. Prácticamente estábamos utilizando lo mismo que se había diseñado hace cincuenta años", por lo que su empresa ha decidido innovar en diferentes aspectos.
Aunque todas estas mejoras han abaratado el coste, un sistema de este tipo sigue siendo muy caro para muchos ayuntamientos y todavía quedan puntos en los que hay que seguir mejorando, como el ruido que se produce durante la compactación de los residuos, audible a pesar de que las tuberías estén bajo tierra. En cuanto a los cambios de hábitos de los ciudadanos, con estos sistemas se hace necesario sacar la basura en bolsas mucho más pequeñas y acostumbrarse a llevar un chip que permita abrir el contenedor, aunque esta última parte es opcional.