A primera vista, el envasado de alimentos desarrollado por la investigadora Idalina Gonçalves en la Universidad de Aveiro (UA) son como el plástico de uso general por la industria de alimentos y supermercados. Pero cualquier parecido con los materiales sintetizados a partir del petróleo y, cada vez, es un problema ambiental, es sólo en apariencia.

Desarrollado exclusivamente de patatas, UA bioplástico para alimentos de embalaje pretende romper la dictadura de plástico sintético. Es que, además de ser biodegradables, los ingredientes de la nueva bioplástico promover una mejor conservación de los alimentos en comparación con los plásticos tradicionales.

Producida la base de almidón, un hidrato de carbono presente en las patatas y cuyas propiedades permiten obtener películas transparentes, resistentes a la rotura, inodoro e insípido, los bioembalages también son barreras eficaces entre la comida y el exterior.

"La biodegradabilidad inherente en el embalaje de almidón es la gran ventaja sobre plástico", dice Idalina Gonçalves, cuyo trabajo es el resultado de la colaboración entre los departamentos de Química y Materiales e Ingeniería de cerámica, la QOPNA unidades de investigación y CICECO bajo supervisión de Manuel A. Coimbra y Paula Ferreira, respectivamente. El investigador señala que el "aumento considerable en los últimos 20 años de envases sintéticos [plástica] ha agravado el problema de la eliminación de residuos."

Pero el trabajo del equipo no va a quedarse. Los investigadores quieren añadir más propiedades a la patata de plástico nacido. "Vamos a desarrollar películas capaces de monitoreo, por ejemplo, la absorción de oxígeno, de la liberación de dióxido de carbono y el contenido de humedad, la participación en las características de deterioro de los alimentos frescos".

Además, el equipo UA también quieren aumentar la vida útil de los alimentos mediante la incorporación de compuestos activos extraídos de cáscara de patata, tales como la cutina, las propiedades de barrera y resistencia mecánica, y los polifenoles, conocidos por su antimicrobiana y propiedades antioxidantes.

Por lo tanto, los productos químicos en el laboratorio están preparados para añadir a las películas ya desarrollados moléculas capaces de detectar el deterioro de los alimentos, la humedad y sensores de temperatura. "Uno de nuestros objetivos es, por ejemplo, desarrollar materiales colorimétricos que responden a los cambios en las propiedades físicas y químicas de los alimentos [como indicadores de tiempo, la temperatura, el pH o la frescura], lo que permite al consumidor a una evaluación de la calidad de su comida", revela los investigadores.

Hoy en día, la papa es el cultivo cuarto más grande en el mundo y es una cultura de la comida en constante crecimiento. Sin embargo, su sobreproducción está causando un colapso en el precio de la papa en casi todos los países europeos. Por ejemplo, en Portugal, señalan los investigadores, "el precio medio de las patatas es tan alto como 5 centavos de dólar por kilogramo, lo que representa un valor muy por debajo del costo de producción."

Por otra parte, la industria del procesamiento de la patata también genera un montón de subproductos resultantes de la fabricación de productos alimenticios a base de patatas tales como corteza (6-10 por ciento) y otros desechos resultante de la corte y la eliminación de los defectos (15 un por ciento). Además, las patatas enteras que no están destinados para el consumo humano también se desperdician.

"Este flujo de subproductos es un esfuerzo significativo en la gestión de residuos, lo que compromete la sostenibilidad de las industrias de transformación de la patata. La valoración de sus derivados surge entonces como un enfoque de la investigación", cuyo equipo ha estado involucrado, precisamente, en el desarrollo de materiales de la industria de la patata a la inglesa sub-productos, con el objetivo principal de los envases de los alimentos frescos.

"El uso de subproductos industriales del chip en el desarrollo de envases inteligentes será en un futuro no muy lejano, una forma de promover la conservación de los alimentos y la extensión de su vida útil, minimizar nuestra huella ecológica", dice el investigador .

Este proyecto forma parte de un conjunto de iniciativas de la Unión Africana encaminadas a la búsqueda de soluciones a la industria y la sociedad en general, a partir del conocimiento de la química de los polisacáridos