Valorización energética de residuos no reciclables: 10 puntos clave
La valorización energética de los residuos no reciclables se ha convertido en una herramienta esencial dentro de las estrategias modernas de gestión sostenible de los desechos.
En un contexto global en el que la generación de residuos sigue aumentando, esta práctica permite aprovechar el potencial energético de aquellos materiales que no pueden ser reutilizados ni reciclados, evitando su depósito en vertederos y contribuyendo a la reducción de emisiones contaminantes.
El proceso de valorización energética no solo ayuda a recuperar parte del valor contenido en los desechos, sino que también disminuyen significativamente el volumen de residuos finales, prolongando la vida útil de los vertederos y reduciendo su impacto ambiental.
Poner en valor, nunca mejor dicho, la valoración energética de los residuos
El compromiso con una gestión de residuos más eficiente es un reto que nos involucra a todos. Aunque la economía circular está cada vez más presente en nuestro día a día, todavía hay residuos que no pueden ser reutilizados o reciclados.
Para estos residuos, la valorización energética ofrece una alternativa sostenible que evita su eliminación en vertedero, reduce emisiones y recupera energía útil para la sociedad.
Por ello, uno de los grandes desafíos pendientes es apostar por la valorización energética como parte esencial de una gestión eficiente de los residuos en nuestro país.
Desde AEVERSU, la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos, han elaborado un listado con las diez claves para entender por qué es esencial incorporar la valorización energética a la estrategia nacional de gestión de residuos.
- Permite gestionar los residuos que no pueden reciclarse, evitando que acaben en el vertedero. A pesar de los esfuerzos en materia de economía circular, siempre existirá una fracción de residuos que no pueden ser reutilizados o reciclados. La valorización energética convierte esos residuos no reciclables en energía, evitando que terminen en vertederos, reduciendo su impacto ambiental y aportando un recurso valioso a la sociedad.
- Es imprescindible para alcanzar los objetivos europeos de 2035. La Unión Europea establece que para 2035 se debe reciclar el 65% de los residuos municipales y limitar el vertido al 10%. Para ello, desde AEVERSU calculan que, en nuestro país, al menos el 25% de los residuos deberán ser tratados en plantas de valorización energética, lo que implica duplicar la capacidad actual de tratamiento en España. Ningún territorio podrá cumplir los objetivos europeos sin esta tecnología.
- La valorización energética permite aprovechar el potencial energético de los residuos no reciclables. La valorización energética podría generar hasta 6.995 GWh de energía al año, equivalente a las necesidades de 2,25 millones de hogares, lo que representaría casi el 12% del consumo eléctrico total en España. Se trata, además, de energía autóctona y renovable en un 50%. Además de electricidad, esta tecnología también permite generar energía térmica en forma de vapor, que puede aprovecharse en redes de calefacción y climatización urbana. En Europa, el 10% de la energía suministrada a estas redes procede de plantas de valorización energética, que proporcionan calefacción y climatización asequible y eficiente energéticamente a más de 16 millones de personas, según datos de CEWEP.
- Contribuye a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Según un estudio de G-Advisory, los vertederos generan emisiones de 781 kg CO₂e por tonelada de residuo, frente a los 224 kg CO₂e/t que presenta la valorización energética, lo que supone más del doble de emisiones. Además, si analizamos un periodo de 20 años, el metano contribuye al calentamiento global 84 veces más que el CO₂. La valorización energética permite evitar estas emisiones y contribuir a la mitigación del cambio climático.
- Se apoya en tecnologías modernas, seguras, fiables y contrastadas. Todas las instalaciones de valorización energética en España operan con tecnologías avanzadas, fiables y seguras, que minimizan las emisiones y cumplen con los estándares más rigurosos en términos medioambientales. Estas plantas utilizan la mejor tecnología disponible (MTD), que garantiza un funcionamiento seguro, eficiente y avalado por décadas de experiencia en Europa.
- Está avalada por Europa. La Directiva Marco de Residuos establece que la valorización energética es prioritaria frente al vertido, siempre que se respeten los principios de jerarquía de residuos. Así, los países europeos con los porcentajes más altos de recuperación y reciclaje son también los que menos residuos eliminan en vertederos, con cifras inferiores al 3%, utilizando la valorización energética como opción eficiente para aquellos residuos que no pueden ser reciclados o reutilizados, en porcentajes que van desde el 30% al 40%. Esto demuestra que reciclaje y valorización energética son estrategias complementarias, no excluyentes.
- Mejora la eficiencia y continuidad del sistema de gestión de residuos. La valorización energética actúa como un servicio esencial dentro del sistema de gestión de residuos, garantizando la continuidad del servicio incluso en momentos de alta demanda o crisis. Al ofrecer una solución eficiente y medioambientalmente responsable para los residuos no reciclables, reduce la presión sobre el resto de infraestructuras y evita colapsos en vertederos. Además, contribuye a la recuperación de materiales y a optimizar los flujos de tratamiento existentes.
- España, con un gran margen de mejora. Mientras que Europa cuenta con cerca de 500 instalaciones dedicadas a la valorización energética de residuos, España dispone de 12 plantas: 11 dedicadas a residuos urbanos y una más especializada en lodos de depuradora. Así, nuestro país registra un índice de valorización energética del 12,7%, muy por debajo de la media de la Unión Europea (26%) y de los países líderes en la materia, entre los que se encuentran Finlandia (57%) y Suecia (53%).
- Genera empleo cualificado y estable en el sector industrial. La valorización energética da empleo en España a más de 2.500 personas, incluyendo tanto puestos directos como indirectos e inducidos. En su mayoría, se trata de trabajos altamente cualificados y estables, lo que favorece la competitividad del sector industrial.
- La valorización energética como eje estratégico de las políticas públicas. La valorización energética debe considerarse un servicio básico y esencial, al nivel de otros como el suministro de agua, la sanidad o la educación. Esta actividad desempeña un papel estratégico dentro de las políticas de gestión de residuos, tal y como recoge el manifiesto presentado por AEVERSU durante el 1st AEVERSU Summit. Las entidades firmantes solicitan su integración en las estrategias nacionales y autonómicas, así como el desarrollo de un marco regulatorio estable que favorezca la inversión en nuevas plantas de valorización energética y la modernización de las ya existentes.
La valorización energética contribuye a la transición hacia un modelo de economía circular, en el que los residuos dejan de considerarse un problema y pasan a ser un recurso. No obstante, para que esta estrategia sea realmente eficaz y ambientalmente responsable, es necesario que se complementa con políticas de prevención, reutilización y reciclaje.
[Este contenido procede de Ecoticias Lee el original aquí]






