3 principios de la economía circular que ayudarán a las empresas a encarar la recesión por la pandemia
Durante la pandemia COVID-19, muchos hospitales se enfrentaron a una gran escasez de equipos de protección personal, ventiladores y otros suministros médicos esenciales. Aplicando los principios de la economía circular, varias empresas ayudaron activamente a los hospitales a enfrentar esta escasez. Extendieron la vida de las máscaras de un solo uso, diseñaron máscaras reutilizables, renovaron los ventiladores, dieron acceso a sus manuales de reparación internos e imprimieron piezas de repuesto para reparar los equipos de salvamento.
A medida que las empresas empiezan a reabrir, se enfrentan a una posible escasez propia así como a un colapso económico sin precedentes. La Unión Europea espera la recesión más profunda de su historia mientras que, en los Estados Unidos, aproximadamente una de cada cuatro personas que tenían trabajo en febrero estaban desempleadas a finales de abril.
Para reconstruir la economía mundial, se pide a las empresas que reconsideren los modelos y los procesos operativos. De hecho, muchas organizaciones, como LEAD on Climate 2020 en los Estados Unidos o la Alianza para la Recuperación Verde en Europa, piden una recuperación que reconozca la necesidad de una economía resistente, sostenible y con bajas emisiones de carbono. Explicamos cómo puede la economía circular ayudar a afrontar de manera más eficaz los efectos económicos de la pandemia.
1. Construir cadenas de suministro resistentes
A lo largo de los años, para evitar las normas medioambientales o ahorrar costes laborales, las empresas globales han trasladado sus instalaciones de fabricación a las economías emergentes, creando cadenas de suministro extendidas y dispersas. Los materiales, componentes y productos viajan por todo el mundo, a veces sin sentido. Un ejemplo: el bacalao capturado en Noruega y que viaja a China (francés), sólo para ser convertido en filetes, antes de volver a Francia para ser vendido.
Aprovechando una sostenida liberalización del comercio, un continuo progreso tecnológico en el transporte y las comunicaciones y una masiva especialización industrial vertical, estas cadenas mundiales de suministro son muy eficientes. Hasta ahora. En sólo unas pocas semanas, la pandemia de COVID-19 ha interrumpido la fabricación en China, ha aumentado las restricciones comerciales y ha hecho que los vuelos comerciales se paralicen, lo que ha creado una gran escasez ante el aumento de la demanda.
"Una economía más moderna y circular nos hará menos dependientes y aumentará nuestra resistencia. Esta es la lección que debemos aprender de esta crisis", dijo la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. "Esto no sólo es bueno para nuestras economías, no sólo es bueno para nuestro medio ambiente, sino que reduce la dependencia al acortar y diversificar las cadenas de suministro".
2. Reducir costes materiales
Las empresas se han centrado durante mucho tiempo en mejorar la productividad laboral en lugar de la material. En Alemania, por ejemplo, la productividad laboral aumentó 3,5 veces entre 1960 y 2000, mientras que la productividad material sólo se duplicó. Sin embargo, los recursos materiales son finitos y a veces escasos, mientras que los recursos laborales están disponibles, especialmente ahora.
Las empresas tienen muchas oportunidades para mejorar la productividad de los recursos y reducir costes. En Europa, por ejemplo, la oficina media está por lo menos un 40 por ciento desocupada durante las horas de oficina y es probable que este porcentaje aumente con el rápido crecimiento del teletrabajo. Los productos químicos utilizados en los procesos industriales, como los disolventes, suelen tener un rendimiento químico inferior al 50 por ciento. Es decir, la mitad de la sustancia química se convierte en residuo sin ser utilizada ni una sola vez.
Para desarrollar operaciones que produzcan recursos, muchos fabricantes han utilizado durante mucho tiempo la metodología de fabricación ajustada, principalmente para minimizar los residuos. Pero pocos han aprovechado las estrategias de economía circular como la gestión de los residuos industriales como recurso, el uso de materiales reciclados o la renovación del equipo industrial.
3. Crear nuevas propuestas de valor para el cliente
Durante la pandemia de COVID-19, el fabricante de neumáticos Michelin diseñó una mascarilla reutilizable con filtros intercambiables que se puede lavar y reutilizar 20 veces. Su intención era hacer frente a la escasez de máscaras FFP2. Fabricada por una pequeña empresa francesa y vendida con cinco filtros a un precio de 31 dólares, esta máscara cuesta 31 centavos por uso. En comparación, una máscara FFP2 de un solo uso costaba 44 centavos antes de la pandemia, y mucho más desde entonces.
Hoy en día, la mayoría de los productores fabrican productos que se descomponen con demasiada rapidez, no pueden ser fácilmente reutilizados, reparados o reciclados, y muchos están hechos para un solo uso. A menudo tienen poco incentivo para no hacerlo. Pero los cambios drásticos en la estructura de la industria, las expectativas de los clientes y las pautas de la demanda cambiarán estos incentivos.
Para los clientes, los bienes duraderos suelen ofrecer un menor costo total de propiedad, así como un menor impacto ambiental. Para las empresas, los bienes duraderos pueden ayudar a aumentar los ingresos procedentes del alquiler, la reparación y la renovación, así como a reducir los costes de las materias primas y la energía. Las empresas deben aprovechar una economía circular no sólo para crear valor económico, sino también para preservar los recursos, reducir las emisiones de carbono y disminuir la contaminación. Porque hoy en día, la resiliencia, la sostenibilidad y la salud son importantes.