El Gobierno ha aprobado un Real Decreto sobre Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) que incluye nuevas medidas para mejorar su recogida y gestión. Los consumidores tendrán más facilidades para reciclar estos aparatos, que pueden ocasionar un grave impacto en el medio ambiente y la salud, si no se tratan de manera adecuada. Este artículo señala cómo se reciclan los aparatos eléctricos y electrónicos, explica por qué es importante hacerlo y aporta los datos destacados de la nueva norma sobre RAEE.

Una de las principales novedades de la nueva norma es que las tiendas de aparatos eléctricos y electrónicos deberán aceptar gratis, y sin necesidad de comprar otro a cambio, los ya usados por los consumidores. Ahora bien, solo estarán obligados a recoger los aparatos muy pequeños "de hasta 25 centímetros" (teléfonos móviles, transistores, etc.) y si disponen de un local de más de 400 metros cuadrados.

El nuevo Real Decreto también incorpora por primera vez que los ciudadanos puedan entregar a través de Internet los aparatos utilizados de igual manera que en las tiendas físicas.

En el resto de los casos, los consumidores pueden seguir depositando sus RAEE en un Punto Limpio. Ecolec, la fundación de los fabricantes e importadores de grandes y pequeños electrodomésticos encargada de gestionar sus residuos, los localiza en un mapa. Y si adquieren un electrodoméstico nuevo, los responsables del establecimiento deben hacerse cargo del antiguo de forma gratuita.

El reciclaje es muy importante, pero las prioridades del consumidor ecológico señalan, en primer lugar, reducir en lo posible el empleo de estos aparatos y, en segundo lugar, reutilizarlos. Si se tienen aparatos que todavía funcionan pero ya no se quieren usar, se pueden regalar a un amigo o familiar, donarlos a proyectos para que se aprovechen de manera solidaria o enviarlos a diversas iniciativas de la Red que permiten reciclar sin moverse de casa viejos aparatos como teléfonos móviles y, a la vez, ganar dinero.

La cantidad de RAEE no para de aumentar. La Iniciativa para resolver el problema de los desechos electrónicos (STEP), compuesta por Naciones Unidas, la industria, gobiernos, ONG y asociaciones científicas, publicaba en 2013 un informe en el que aseguraba que se produjeron casi 48,9 millones de toneladas en el mundo, un promedio de siete kilos por cada uno de 7.000 millones de habitantes de la Tierra.

Además de la gran cantidad de residuos generados, uno de sus principales problemas es que son muy contaminantes. Muchos de ellos contienen sustancias tóxicas como fósforo, mercurio, cadmio o bromo que, sin una adecuada gestión, provocan daños graves al medio ambiente y la salud. Por ejemplo, el fósforo de un televisor puede contaminar hasta 80.000 litros de agua, mientras que un frigorífico mal reciclado emite a la atmósfera gases de efecto invernadero (implicados en el cambio climático) equivalentes a las emisiones de un coche en 15.000 kilómetros, según datos de Ecolec.

El reciclaje, además de evitar dicho impacto, recupera materiales valiosos (cobre, oro, plata o aluminio), ahorra dinero y recursos naturales y genera puestos de trabajo.

El nuevo Real Decreto trae, además, los siguientes puntos destacados:

El sector de los RAEE ha tomado el nuevo Real Decreto de forma positiva, aseguran desde la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER). No obstante, sus responsables también señalan algunos puntos "potencialmente problemáticos", como una "excesiva carga administrativa y de los requisitos exigidos", y añaden que no funcionará "si no va acompañado de un control de la Administración sobre los operadores ilegales".