Crean diferentes tipos de tostadora para luchar contra la obsolescencia programada
El concepto de economía circular significa diseñar productos sin desechos, productos y procesos que faciliten su desmontaje y su reutilización, así como definir modelos empresariales para que los fabricantes puedan ser incentivados económicamente para recoger, volver a fabricar y distribuir los productos que hacen.
Tras constatar que los bajos índices de reparación de pequeños electrodomésticos y un coste desproporcionado de los costes de reciclaje de este tipo de aparatos tenían como consecuencia que el 88% de este tipo de electrodomésticos terminaban en la basura, los responsables del estudio londinense "The Agency of Design" decidieron pensar en productos diseñados para no ser deshechados con facilidad y poner su granito de arena en la batalla contra la obsolescencia programada. Así se crearon tres tipos de tostadoras la Optimista, la Realista y la Pragmática.
La tostadora optimista o tostadora diseñada para durar para siempre, basa su diseño en una pieza sólida de aluminio, material de alto valor reciclable, y que puede ser infinitamente reciclable. Para cumplir su función, la tostadora cuenta con dos brazos abatibles manualmente y a través de cuatro tornillos colocados en su base se puede acceder fácilmente al interior, en el caso de ser necesario realizar algún tipo de reparación o cambio de piezas.
La tostadora pragmática, es un modelo en el que cada ranura para introducir la rebanada de pan es una pieza independiente adosable. Con este sistema, los creadores querían dar solución al típico problema que surge cuando alguna de las ranuras de una tostadora deja de funcionar, dejando inservible una parte del aparato. El fino grosor de cada ranura y su fácil sistema de acople permitiría soltar sin problema la parte con problemas facilitando además su potencial arreglo.
El modelo realista, es un prototipo, cuyo coste justo alcanzaría los 6 euros. En este caso se aboga por un diseño que debería ser desechado a través de canales estandarizados de recogida de residuos que trasladarían los productos a centros específicos de tratamiento donde se apilarían en lotes según el productor del aparato para después devolverlos a sus fábricas originales, donde a través de un sistema de desmontaje por vacío las empresas podrían recuperar las piezas de valor para poder reutilizarlas en nuevos productos.
A pesar de la experiencia, los promotores de "The Agency of Design" son conscientes de los problemas a los que todavía se enfrenta la economía circular para desarrollarse. En primer lugar, hay que seguir trabajando para que los fabricantes tengan una motivación real por diseñar este tipo de productos. En el estado actual del sistema, si al final sólo el reciclador se va a beneficiar, las empresas no van a querer participar, comenta uno de los fundadores del estudio. También, el diseño de los tres prototipos les ha servido para darse cuenta de que no tiene sentido diseñar un producto para su desmontaje si finalmente el electrodoméstico termina en una planta de tratamiento y, en ella, en una máquina trituradora que generará subproductos de baja calidad.
"The Agency of Design"