Del contenedor a una segunda vida: entendiendo el proceso de reciclado
Una bolsa de plástico, una caja de pizza sucia, utensilios de plástico, servilletas de papel y una lata de refresco: una sola comida para llevar puede parecer un Trivial del reciclaje. ¿Qué objetos se pueden reciclar? ¿Qué tipos de plástico van a la basura? ¿Y si el envase es grasiento? Reciclar puede ser complicado, y las normas que regulan cómo hacerlo varían de una ciudad a otra, lo que podría ser una de las razones por las que sólo se recicla casi la mitad de la basura generada por los españoles. En países como Estados Unidos ese porcentaje baja al 32%.
Según un informe de Cicloplast, en 2022 los españoles reciclaron 677.096 toneladas de envases de plástico en 2021 (un 10% más que el ejercicio anterior), desde botellas de plástico hasta goteros. Algunos artículos de plástico están diseñados de forma que resultan difíciles de reciclar o los recicladores tienen dificultades para encontrar personas que quieran comprar material reciclado.
Es un problema para el medio ambiente y la salud humana: todo ese plástico se descompone en trozos microscópicos y lo contamina todo, desde el océano hasta nuestro cuerpo. Los expertos aseguran que hay cambios que todos podemos hacer para mejorar el reciclaje en casa y en la comunidad.
¿Qué plásticos puedes reciclar?
¿Quieres separar mejor la basura del reciclaje? No te dejes engañar por el triángulo de flechas entrelazadas impreso en el plástico. Esos triángulos no significan necesariamente que un artículo sea reciclable, simplemente indican su "código de resina", una de las siete categorías que denotan el tipo de plástico del que está hecho. Sólo algunas de estas categorías son aptas para el contenedor de reciclaje (más información sobre cada resina aquí).
"El plástico es extraordinariamente quisquilloso", afirma Darby Hoover, experto en reciclaje del Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales. "Cuando se fabrica un envase o un artículo de plástico, se le añaden colorantes y aditivos que cambian sus propiedades para hacerlo tan rígido o tan flexible como se necesite. Y todos esos pequeños aditivos afectan a su punto de fusión y a su capacidad de reciclado".
Los códigos de resina plástica estaban pensados para ayudar a las instalaciones de reciclaje, pero una encuesta realizada en 2019 a 2000 estadounidenses mostró que el 68% de los participantes pensaba que el símbolo del triángulo entrelazado significaba que un producto podía reciclarse. Estos símbolos de plástico se perciben tan a menudo como indicadores de reciclabilidad que California firmó recientemente una ley que restringe su uso.
Los expertos dicen que se debe investigar qué plásticos acepta el reciclador local, pero como regla general, los plásticos etiquetados con un número uno o dos tienen más probabilidades de ser reciclados. Son los plásticos rígidos, como las botellas de agua y las de leche, y las plantas de reciclaje tienen máquinas diseñadas para limpiar, triturar y fundir este tipo de plástico.
El plástico etiquetado con un cinco, que se encuentra en ciertos tipos de botellas de alimentos y medicinas, podría reciclarse en tu ciudad, pero su aceptación varía. Los otros plásticos (tres, cuatro, seis y siete) tienen más probabilidades de acabar en un vertedero si se tiran al contenedor de reciclaje doméstico. Entre ellos se encuentran el plástico de burbujas, las bolsas de la compra y los envases de alimentos.
Uno de los mayores problemas es el llamado "reciclaje de los deseos", en el que deseamos que algo se pueda reciclar, lo tiramos al contenedor y cruzamos los dedos", dice Hoover. Pero es una pérdida de tiempo. En el mejor de los casos, acaba en el vertedero. En el peor, atascan la maquinaria de reciclaje y hay que retirarlas a mano, un proceso que ralentiza las operaciones.
"Esas bolsas de plástico se enrollan alrededor de las rejillas y hay que cortarlas físicamente. Son la pesadilla de nuestra existencia", afirma Marti Matsch, subdirectora de Eco-Cycle, una empresa de reciclaje con sede en Denver (Colorado; Estados Unidos). Matsch afirma que, de media, Eco-Cycle tiene que tirar a la basura un 10% del reciclaje que recoge porque los residentes tiran objetos que no se pueden reciclar, desde bolsas de plástico hasta ropa.
¿A dónde va a parar el material reciclado?
La venta de material reciclado es una de las formas que tienen las comunidades de compensar los costes de recogida, clasificación y procesamiento del reciclado, por lo que una parte crucial del éxito del reciclado es encontrar un comprador para el material reciclado. Pero la demanda de ese material varía, por lo que algunas comunidades no aceptan todos los tipos de reciclado.
El aluminio reciclado es valioso porque el metal puede reciclarse una y otra vez sin degradarse, a diferencia del plástico, que a menudo se convierte en material de menor calidad y se utiliza para fabricar nuevos productos como alfombras o madera.
En general, los recicladores tienen más dificultades para encontrar compradores de plástico. Los mismos aditivos y tintes que producen diferentes formas, texturas y colores de plástico también dificultan la producción de un material que merezca la pena comprar. "Con toda esa variación, es muy difícil encontrar compradores que tomen ese material y lo conviertan en algo nuevo, porque buscan una receta sencilla, no algo tan complicado", dice Matsch.
Durante décadas, ese comprador fue principalmente China, que importaba millones de toneladas de plástico usado estadounidense. Pero en 2017, China aumentó sus estándares para el plástico que estaba dispuesta a comprar y dejó a los recicladores estadounidenses sin comprador. Parte de ese material fue a parar a otros países como Indonesia y México o se tiró en un vertedero. Sin embargo, cada vez más empresas se están comprometiendo a utilizar más materiales reciclados procedentes de plantas de reciclaje.
[Este contenido procede de National Geographic. Lee el original aquí]