Del residuo orgánico al plástico
En España se generan aproximadamente 18 millones de toneladas de residuos domésticos al año, según datos del Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS). Esta cifra, muestra una media de 390 kg de residuos por habitante. Una buena parte de estos residuos, son orgánicos. En la actualidad, estos residuos están siendo aprovechados para evitar la contaminación que generan (emisión de gases de efecto invernadero, contaminación de acuíferos...), consiguiendo convertirlos en plástico.
La fórmula para convertir los residuos orgánicos en plástico deriva de la presencia de los microorganismos adecuados (bacterias y hongos), ya que necesitan energía para sobrevivir que obtienen de los azúcares e hidratos de carbono presentes en las plantas y animales. De esta forma, escogiendo los microorganismos adecuados, éstos se comen los restos de azúcares e hidratos de carbono que se encuentran en los residuos creando una serie de plásticos que, los microorganimos utilizan como reserva energética para su uso en situaciones de escasez de alimentos.
También existe la posibilidad de que ciertos microorganismos, creen unas sustancias químicas llamadas precursores a partir de estos residuos, y que de forma posterior y mediante un proceso químico (proceso de polimerización) permiten obtener plásticos. Actualmente, los principales retos de la conversión de residuos orgánicos en plásticos consisten en el incremento del rendimiento de producción de los microorganismos, que todavía es bajo, además de mejorar el proceso para extraer los plásticos del interior de los microorganismos