Economía circular en la empresa como clave hacia el éxito sostenible
A pesar de las lecciones de la revolución digital, muchas empresas siguen centrándose principalmente en perfeccionar sus productos y servicios existentes para su actual base de clientes. Pero este enfoque pasa por alto el potencial transformador de la economía circular, que, al igual que internet a finales de la década de 1990, está a punto de redefinir la forma en que las empresas crean, captan y aportan valor.
Henrik Hvid Jensen, estratega jefe de DXC Technology, señala que el impacto transformador de la economía circular es similar al de Internet, ya que desafía y cambia fundamentalmente el modelo lineal tradicional de "tomar, fabricar, usar, desperdiciar".
Internet fue una tecnología incipiente a menudo subestimada por las empresas tradicionales. Hoy en día, la economía circular se encuentra en una coyuntura similar. Sin embargo, el ritmo del cambio es ahora mucho más rápido, impulsado por avances tecnológicos, nuevas normativas y cambios en las preferencias de los consumidores.
"A medida que nos acercamos a 2030, las empresas que aprovechen este cambio liderarán la innovación y la cuota de mercado, del mismo modo que los primeros en adoptar las tecnologías digitales superaron a sus homólogos. El resto de esta década será crucial para que las empresas se unan a este nuevo paradigma, en el que la sostenibilidad ya no es una opción, sino un componente esencial del éxito", señala Jensen.
En una economía circular, los conceptos de creación, captura y entrega de valor no solo se ajustan de forma incremental, sino que se reimaginan fundamentalmente, lo que requiere un cambio sistémico en la estrategia y las operaciones empresariales. Esta transformación va más allá del simple ajuste de los procesos existentes; implica repensar y rediseñar toda la cadena de valor.
Jensen explica que la creación de valor en una economía circular no consiste simplemente en vender un producto, sino en ofrecer un valor continuo al cliente. Este cambio de paradigma del valor de transacción al valor de uso obliga a las empresas a reconsiderar sus relaciones con los clientes, pasando de interacciones transaccionales a alianzas a largo plazo.
Para subrayar el valor de uso, las empresas deben invertir en comprender las necesidades cambiantes de sus clientes y ofrecer soluciones y servicios personalizables que favorezcan el uso prolongado de los productos. Para ello es necesario un marco sólido de interacción y compromiso que garantice que los productos y servicios evolucionan a la par que las necesidades de los clientes.
Las ventajas económicas de este planteamiento son múltiples: mayor retención de clientes, diversificación de los flujos de ingresos procedentes de la oferta de servicios y mayor fidelidad a la marca.
[Este contenido ha sido reelaborado a partir de Revista E&N. Lee el original aquí]