El centro tecnológico Cartif propone valorizar el poliestireno para cerrar su ciclo de vida
Hoy en día sólo se recupera aproximadamente el 50% de los residuos de poliestireno expandido, el resto acaban en un vertedero o siendo incinerados. Con el objetivo de valorizar estos residuos para que puedan ser utilizados de nuevo en la industria, y así cerrar el ciclo de vida de este problemático material, el centro tecnológico Cartif junto con la empresa Turqueplast, Grupo El Árbol y Quercus, han puesto en marcha el proyecto Colreceps.
Como explica a DiCYT José Fermoso, investigador de la División de Medio Ambiente de Cartif, “el proyecto abordará una nueva forma de reciclado de poliestireno expandido y pondrá en marcha una planta prototipo tomando como base el área urbana de Valladolid”. Fermoso detalla los problemas que genera actualmente la gestión de residuos de poliestireno expandido. "Al ser una espuma, es un material poroso que pesa poco y ocupa mucho espacio“.
El poliestireno expandido (EPS, por sus siglas en inglés) es un material plástico que se utiliza en diversos sectores como el embalaje o la construcción. En el caso del embalaje, es frecuente el uso de bandejas de poliestireno expandido como soporte de alimentos perecederos por sus cualidades de higiene, aislamiento, ligereza y resistencia. No obstante, uno de los principales problemas de este material es su reciclaje, ya que es un plástico derivado del petróleo y por tanto no biodegradable.
El poliestireno expandido se fabrica a partir de granza, un compuesto de poliestireno en forma de “bolitas” preparado con un agente expansor (generalmente pentano, un hidrocarburo saturado). El objetivo de los investigadores es recoger la mayor fracción posible de residuos de poliestireno expandido que se generan y fabricar con ellos nueva granza, es decir, nueva materia prima. “Vamos a realizar una mezcla de reciclado físico y químico para generar nueva granza sin que se produzca una pérdida de propiedades del material, así se puede volver a utilizar e incluso añadir otras propiedades, como el color”, señala el investigador de Cartif.
La planta piloto, que en principio estaría lista en 2014, tendrá una capacidad de gestión aproximada de 500 kilogramos al día de residuos de poliestireno expandido, lo que supone unas 146 toneladas año. Si el modelo resulta económica y medioambientalmente viable, la planta ampliaría su capacidad para gestionar todos los residuos que se generan en Valladolid.