En el primer trimestre de 2025, las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzaron 901 millones de toneladas de CO₂ equivalente, lo que representa un incremento del 3,4 % respecto al mismo período de 2024 (871 millones de toneladas de CO₂-eq).

Los investigadores están desarrollando procesos para transformar los residuos nucleares en combustible de tritio, lo que podría aliviar la escasez energética en la fusión nuclear y disminuir los riesgos asociados al almacenamiento de material radiactivo.

Investigadores de Massachusetts, en colaboración con instituciones internacionales, utilizaron modelado simulado avanzado para analizar el comportamiento y almacenamiento seguro de residuos nucleares, mejorando la evaluación de riesgos y promoviendo estrategias más seguras de gestión de desechos radiactivos.

La biomasa excretada constituye una fuente valiosa de nutrientes para los cultivos, cuyo aprovechamiento podría reducir significativamente las emisiones de CO₂ asociadas a la agricultura.

El estancamiento del tratado global sobre plásticos resalta la urgencia de reducir la producción, mejorar la gestión de residuos y limpiar los plásticos del medio ambiente para mitigar sus impactos ecológicos y sociales.

El uso de plasma frío constituye una estrategia prometedora para incrementar la actividad antimicrobiana y la biodegradabilidad de determinados plásticos, contribuyendo a su manejo más sostenible.

La descarbonización del plástico requiere combinar plásticos biológicos, energías renovables y altas tasas de reciclaje para reducir su huella ambiental y lograr emisiones netas negativas hacia 2050.

Aunque la UE supera al promedio mundial en gestión de residuos, aún existe un amplio margen para optimizar la reducción de emisiones, disminuir costos sociales y reforzar la seguridad económica.