El quinto contenedor para reciclaje
Cada vez más municipios españoles optan por el contenedor marrón para reciclar los residuos de materia orgánica
A los cuatro contenedores de residuos convencionales, verde (vidrio), azul (papel y cartón), amarillo (envases) y el de la fracción resto, o basura que no se recicla, se le une ahora un quinto contenedor, el marrón. Su objetivo es aumentar el reciclaje de la materia orgánica, que supone el 40% de los residuos totales producidos. Cada vez más municipios en España utilizan este quinto contenedor por sus ventajas para el medio ambiente, la economía y la salud. Este artículo explica qué es el quinto contenedor de basura orgánica, sus ventajas y desafíos y cómo se usa.
El quinto contenedor se utiliza para reciclar los biorresiduos, o basura orgánica generada en la cocina o en el jardín. Su objetivo es aumentar la recogida selectiva de dichos residuos orgánicos que, según la Directiva Marco de Residuos de 2008 (aplicada en España con la Ley 22/2011), deberá ser, como mínimo, el 50% del total en 2020. La materia orgánica supone el 40% de los residuos totales producidos, de ahí la importancia de tratarla de forma adecuada para evitar su impacto en nuestro entorno.
El reciclaje de materia orgánica con el quinto contenedor se emplea en diversos países de Europa. En España, señala Carmen Lainez, directora del área de residuos de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, cada vez más municipios lo ponen en marcha. Cataluña fue una de las primeras comunidades en implantarlo, si bien ahora también se utiliza en Navarra (mancomunidades de la comarca de Pamplona o de Ribera Alta); País Vasco (Bilbao, San Sebastián, Barakaldo, mancomunidades del Txorierri o Mancomunidad de Durangoko, etc.); Murcia, Valladolid, etc. En Asturias esperan que a finales de este año Avilés, Cangas del Narcea, Castropol, Gijón, Llanes y Mieres se sumen. En Madrid se ha sugerido hace poco su uso para evitar que el 72,9% de su basura acabe en vertederos.
El quinto contenedor tiene varias ventajas ambientales, económicas y sanitarias:
- Reduce la cantidad de basura orgánica que llega a vertederos, la peor solución para el problema de los residuos.
- Disminuye las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero implicados en el cambio climático.
- Permite producir energía renovable (un metro cúbico de biogás equivale a 0,6 litros de gasóleo) y enmienda orgánica, una sustancia que mejora los suelos y recupera nutrientes para las plantas.
- Evita la contaminación de suelos, cauces y acuíferos.
- Posibilita un mejor tratamiento de otras fracciones de residuos.
El sistema también presenta diversos desafíos. Al ser una iniciativa reciente, los ciudadanos tienen dudas sobre su funcionamiento y ventajas o incluso la desconocen. Lainez asegura que la experiencia en la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona está siendo positiva, porque reciben material de buena calidad, pero confiesa la necesidad de seguir trabajando en informar y concienciar sobre ello.
Asimismo, algunos colectivos ecologistas consideran que el sistema no es tan efectivo para hacer frente al problema de la basura orgánica como otros, como el "puerta a puerta", o que limita la generalización del también beneficioso compostaje doméstico o el comunitario.
Cómo utilizar el contenedor marrón
El primer paso para utilizarlo de forma correcta es identificarlo. Por lo general es de color marrón, pero se puede encontrar en otros tonos, según el diseño elegido en el municipio. Además del color, se le reconoce por su letrero informativo, como "materia orgánica" o "biorresiduos" (también en euskera y catalán, según la comunidad autónoma).
Es importante no depositar residuos impropios para no dificultar su tratamiento posterior y reducir la calidad del reciclaje. El objetivo idóneo son los biorresiduos, tanto cocinados como sin cocinar: restos de frutos secos, pan troceado, cáscaras y conchas; posos y filtros de café, infusiones; hojas, flores, plantas verdes o secas, restos de huerta, césped, hojas y poda troceada; alimentos cocinados, restos de carne o pescado; y serrín natural y papel de cocina sucio. No obstante, en algunas localidades no se admiten algunos de estos residuos, normalmente los cocinados. Por ello conviene informarse antes de forma concreta.
La entrega de los desechos se debe realizar en una bolsa, para garantizar la higiene y evitar malos olores. En algunos municipios solo admiten bolsas biodegradables y compostables, y en otros, cualquier bolsa siempre que vaya bien cerrada. En algunas localidades se entrega a los usuarios un cubo y bolsas, en otras se opta por máquinas expendedoras o por tiendas que colaboran en su distribución.
En cuanto al acceso al contenedor, tampoco hay unanimidad. En algunos municipios no tienen restricciones, mientras que en otros se decantan por un sistema cerrado para garantizar la calidad del material. En este último caso los usuarios deben utilizar una llave o una tarjeta con chip para abrir y cerrarlo.
El destino de estos residuos también puede variar. En algunos casos se envían a plantas de biometanización, donde se obtiene biogás, y en otros se emplea para realizar compostaje.
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