El reciclaje de residuos orgánicos se aprovecha como compost para céspedes deportivos
Los restos de basura orgánica de casa pueden acabar convertidos en el césped de un campo de fútbol. Esta práctica ya se realiza en diversos estadios, y es un curioso ejemplo que demuestra los beneficios del compostaje para el medio ambiente y los ciudadanos. Este artículo explica cómo se utiliza el reciclaje para hacer la hierba natural de los campos de fútbol, cómo se transforma la basura en césped deportivo y la evolución de dicho terreno de juego.
Cualquiera que vea el nuevo estadio de fútbol del Athletic Club de Bilbao destacará su diseño o sus modernas instalaciones. Sin embargo, no subrayará la peculiaridad ecológica del terreno donde se desarrollan los partidos, al menos que lo conozca. El césped de "La Catedral" está hecho a partir de desechos procedentes de jardines, grandes almacenes y la fracción orgánica de los residuos urbanos. Es una de las aplicaciones más peculiares del compostaje, un sistema de reciclaje para hacer frente al problema de los residuos y su acumulación en vertederos. La basura orgánica se convierte en un material capaz de enriquecer plantas y cosechas, o de luchar contra la contaminación.
En este caso, los restos de comida depositados en el contenedor marrón por los ciudadanos vizcaínos se han transformado en un compost de calidad suficiente para cumplir las rigurosas normativas que deben cumplir los céspedes deportivos. Javier Ansorena Miner, presidente de Anorcade (Asociación para la Normalización de los Campos Deportivos de hierba natural), afirma que el compost obtenido es similar a otros utilizados en jardinería, pero con un contenido en nutrientes minerales ligeramente superior.
Diversos estudios han demostrado que el uso de compost en céspedes donde se practican deportes como el fútbol, el rugby o el golf ofrece diversos beneficios potenciales: resistencia a enfermedades, disminución de la compactación, incremento del color y nutrientes en la planta, mejora en la retención de agua, empleo más sostenible de los recursos, etc. Por ello, el campo del estadio del club rojiblanco no es el único en utilizarlo. El Ohio Stadium, en Estados Unidos, un recinto deportivo con capacidad para 105.000 personas, usa en su campo este sistema.
Pero para lograr un resultado exitoso, los responsables de estos céspedes tienen que ser muy cuidadosos. Como señala Marcela Muñoz, experta en estos sistemas, cada compost es único y está vivo (por su micro flora), y es imprescindible saber cuáles son sus características propias.
Cómo se transforma la basura en césped deportivo
Cualquiera que tenga un jardín en su casa puede utilizar una compostadora doméstica y aprovechar sus desechos orgánicos. El proceso para un césped de un estadio deportivo es, en esencia, el mismo, aunque dada su escala y sus requisitos de calidad se debe hacer de forma profesional y en instalaciones preparadas para ello.
En el caso del campo de San Mamés se emplea el "ecoparque" de Monte Arraiz, ubicado junto a la planta de tratamiento mecánico biológico de Artigas. De allí han salido las 300 toneladas de compost hasta el estadio del Athletic. Para obtener este material se necesitan cuatro meses de trabajo. Los desechos recopilados se trasladan hasta la planta, donde el material se descomprime y revisa para eliminar las impurezas. Los residuos se trituran hasta lograr el tamaño adecuado, y un separador magnético retiene los componentes perjudiciales. Una vez que se obtiene la mezcla deseada, el material se deposita en grandes pilas que, en las condiciones requeridas, se transforma en el compost para su uso final.
La evolución del césped deportivo
Los céspedes de los actuales estadios deportivos poco tienen que ver con los que se veían hace décadas. Los primeros campos de fútbol de hierba natural se construían de forma artesanal. El presidente de Anorcade recuerda que los elevados contenidos de arcilla, limo y otras partículas finas impedían el drenaje. Por ello estaban embarrados de forma permanente en invierno, y la pérdida de cubierta vegetal era constante.
Asimismo, un césped debe ofrecer unas determinadas características que garanticen que no germinen malas hierbas y eviten gérmenes patógenos que puedan causar infecciones a través de las heridas de los jugadores. Ansorena recuerda el caso de un destacado futbolista vasco que tuvo que retirarse de la actividad deportiva por una infección producida por una lesión sobre el terreno de juego. Los sistemas de drenaje también han evolucionado, de forma que la utilización de fertilizantes y el consumo de agua han disminuido.
Para evitar dichos problemas y ofrecer la calidad suficiente, la construcción y mantenimiento de campos deportivos de hierba natural se rige por una estricta normativa vigente en España desde 2002. Antes de dicha fecha, muchos campos deportivos ofrecían un bajo nivel de calidad y los conflictos entre los implicados eran frecuentes, recuerda el experto Domingo Merino. El definitiva, las normativas y técnicas han mejorado para ofrecer un terreno de juego adecuado y de la forma más sostenible posible.
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