El desperdicio de comida representa un gasto económico además de ayudar a la concentración de gases de efecto invernadero.

Recuerdo aún la cantaleta de mi papá cada vez que ya no quería comer algo "te voy a llevar al basurero para que veas a los niños que no tienen qué comer" y claro, la clásica que a todos nos dijeron "hay muchos niños en África que no tienen nada para comer".

La realidad es que en casi cualquier continente la escasez de alimentos es un problema para ciertos sectores de la población, pero en aquellos países donde la economía permite la exageración en la compra de comida, el desperdicio se hace notar.

De acuerdo a un análisis de residuos, cerca de un cuarto de los alimentos que se desechan en Reino Unido están aún empaquetados y sin tocar. No es sólo el desperdicio sino el costo que genera, cerca de £2.4 billones de libras (3billones de euros) al año, es decir cerca de £90(113 euros) por hogar.

Si sumamos el costo que tiene cada bebida o alimento que se desecha cuando apenas se tocó o se cocinó y se tiró sin más, el monto subiría a unas £200 (250 euros) libras por persona al año. Cerca de la mitad de esta comida desperdiciada son ensaladas y vegetales que mucha gente en el mundo no puede ni probar, aquí es cuando eso que nos decían de chiquitos cobra sentido.

Es verdad que mucha gente está muriendo de hambre y no tiene acceso ni dinero para comprar muchos de los alimentos que en Reino Unido se desperdician de forma regular. Urge adoptar un programa de manejo de desperdicios y planificación de compras.

No todas las personas desperdician comida por las mismas razones, por eso vale la pena estudiar nuestros hábitos alimenticios porque, aunque estamos hablando aquí del Reino Unido, nosotros no estamos tan lejos de esta realidad.