Escocia: los residuos de la destilación del whisky pueden generar biocombustibles por valor de 70 millones de euros
Según estudios realizados, el proceso de destilación del whisky de malta genera un 90% de residuos en el balance de materias primas utilizadas. Algunos de estos residuos son granos de cebada, restos de malta y pot ale, el residuo líquido con contenido en cobre de las torres de destilación. La gestión de estos residuos es un coste que los fabricantes tienen que asumir, influyendo directamente en su cuenta de resultados.
Como ejemplo, la destilería Tullibardine, en las Highlands escocesas, produce anualmente 2 millones de litros de pot ale y 6,5 toneladas de residuos sólidos. El coste anual de gestión de estos residuos es cercano a los 300.000 euros.
La startup escocesa Celtic Renewables pretende resolver esta situación, utilizando los restos de destilación como materia prima para la generación de biocombustibles de alto poder energético. Teniendo en cuenta que la industria del whisky en Escocia factura más de 4.500 millones de euros al año, Celtic Renewables espera obtener 70 millones de euros en biocombustibles.
La empresa ha desarrollado una tecnología para obtener biobutanol a partir de los residuos orgánicos del proceso de destilado. El proceso, llamado ABE (acetona-butanol-etanol), usa la bacteria Clostridium Acetobutylicum para la degradación de los residuos y la obtención del combustible.
Las ventajas del biobutanol frente a otros biocombustibles son varias: tiene un 25% más de energía que el bioetanol, una presión de vapor más baja y un punto de combustión alto, por lo que es más seguro a la hora de almacenarlo y transportarlo. Además, a diferencia del bioetanol, puede ser aplicado directamente en motores de gasolina o mezclarse con diesel o biodiesel, facilitando su introducción en el mercado de carburantes.