Galicia, el compostaje doméstico actúa sobre la reducción de residuos y el reciclaje es ‘vital’
Con motivo de su reciente participación en el curso sobre gestión de residuos promovido por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y organizado por Sogama en Santiago de Compostela, el Director de la consultora lucense Ingesyma, Guzmán Carril, abordó los pormenores del compostaje doméstico como fórmula prioritaria para actuar sobre la reducción de desechos y el reciclaje, contribuyendo a minimizar el depósito en vertedero.
En este sentido, aludió a que la Ley estatal de Residuos del 2011 constituye la primera norma que empieza a hablar del autocompostaje como tal, al igual que lo hace el Plan Gallego de Gestión de Residuos Urbanos 2010-2020, donde se alude a tres líneas de desarrollo de importancia estratégica: comunicación y educación ambiental, prevención y fomento de la recogida selectiva de la fracción orgánica.
Explicó que el compostaje doméstico constituye un proceso natural con tradición en el ámbito rural, pero que ahora se moderniza con la utilización de recipientes que permiten acelerar el proceso de fermentación.
Entre sus ventajas, Carril reseñó especialmente las ambientales, ya que cierra el ciclo de recuperación de la materia orgánica, disminuye el volumen global de los desperdicios generados, contribuye al reciclaje, favorece la productividad de la tierra al ser un producto cien por cien natural, protege y mejora las necesidades de fertilización del suelo, aminora el transporte de basura a las plantas de tratamiento y contribuye al ahorro de combustibles y de emisiones de CO2. Propicia, a diferencia de las plantas industriales de fabricación de compost, con un alto porcentaje de impropios, la elaboración de un abono de alta calidad.
Desde la dimensión social, precisó que se trata de una herramienta que fomenta la participación ciudadana, visualizándose como una solución individual a un problema global que abre la puerta a otro tipo de campañas.
Y ya desde la perspectiva económica, evidenció su clara contribución al ahorro de costes en la gestión de los residuos, toda vez que evita introducir la fracción orgánica en el ciclo de tratamiento. Y para ello puso un ejemplo: partiendo de un escenario de participación de 200 familias (con una media de 4 miembros cada una), estaríamos hablando de una producción anual de restos orgánicos de aproximadamente 147.000 kilos, pudiendo alcanzarse un ahorro de 8.820 euros al año (63.200 euros en un decenio). En una gran ciudad, esto se traduciría en una reducción de costes de 8 millones de euros.
DESARROLLO DE UNA CAMPAÑA DE AUTOCOMPOSTAJE
El responsable de Ingesyma se hizo eco del esquema general de desarrollo de una campaña de compostaje doméstico, que en todo caso debería seguir los siguientes pasos:
1.- Promoción de la misma, ya que el ciudadano debe tener constancia de su existencia y ventajas que reporta.
2.- Formación de los denominados “maestros compostadores”, que en todo caso deben ser personas de confianza en el municipio, garantizando que los ciudadanos sean más receptivos al programa.
3.- Formación de los participantes para trasladarles los conocimientos necesarios.
4.- Entrega y reparto de compostadores.
5.- Seguimiento a realizar por parte de los maestros compostadores y de los técnicos externos. En este punto cabría mencionar la posibilidad de una visita inicial a los hogares implantados, otra de seguimiento y otra más de control.
Para que la campaña resulte exitosa, Guzmán Carril insistió en la necesidad de que haya motivación por parte de los usuarios y que haya interés, con la ventaja añadida de que el trato directo en sus casas permitirá solventar de forma adecuada todas las dudas que puedan presentar.