Granjas verticales flotantes para producir alimentos con “cero residuos”
Parecen atrevidos rascacielos en los que la naturaleza se abre paso, pero en realidad son granjas verticales flotantes con las que se busca producir alimentos “cero residuos”. Todavía es una idea en fase de análisis propuesta por un estudio de arquitectura barcelonés. Sin embargo es una idea tan interesante que recientemente ha sido premiada en la categoría de diseño urbano de uno de los certámenes de arquitectura sostenible más importantes del mundo: Re-thinking the Future.
La forma peculiar de las torres, en forma de bucle, minimizaría las zonas de sombra, según los arquitectos, asegurando mayor acceso a la luz solar natural en todas las plantas.
El hecho de que en Singapur se desperdicien 796.000 toneladas de comida anualmente, según los datos facilitados por la National Environment Agency-NEA, ya es un dato suficientemente importante para que se hayan puesto manos a la obra. Si a este hecho le unimos que Singapur cuenta con una disponibilidad de tierra muy cara y limitada, y que como territorio tiene unos problemas de seguridad alimentaria manifiestos, todo parece indicar que el proyecto FRA (Floating Responsive Agriculture) podrá ser una realidad. Sin embargo, según nos cuenta Javier Ponce, uno de los fundadores del estudio de arquitectura Forward Thinking Architecture, la propuesta está aún en proceso de análisis por parte del departamento de gobierno de Singapur correspondiente.
El proyecto, además de estar pensado para la ciudad de Singapur, va más allá poniendo su objetivo último en la búsqueda de nuevas formas de suministro de alimentos seguros, más si tenemos en cuenta que se estima que la población mundial pasará en los próximos 30 años, de 6,9 millones a 9,1 millones de habitantes, y que la demanda de alimentos, crecerá en un 70% y, lo más importante, que esos alimentos deberían estar “disponibles” en los platos de los ciudadanos.
Las granjas verticales flotantes se construirían en las aguas que rodean Singapur, y se inspiran en las “granjas de pescado flotante” de la ciudad.
Para llegar al diseño de estas granjas verticales flotantes (FRA-Floating Responsive Agricultura) se han valorado nuevos métodos de cultivo como los de tipo hidropónico, el impacto ecológico presente y futuro de la agricultura, el debate de la seguridad alimentaria y el efecto medioambiental de las grandes importaciones y los problemas de ciertos países por la falta de espacio. Como nos cuentan desde el citado estudio de arquitectura, la ciudad de Singapur cumplía muchos de estos condicionantes como, por ejemplo, ser una población pionera en el desarrollo de soluciones hidropónicas en vertical.
Y así es como nacen estas estructuras físicas que, a grandes rasgos, y sin entrar en demasiadas especificidades técnicas, cuentan con una particularidad que las hace especialmente interesantes: sobre estas granjas se colocaría un sistema tecnológico que permitiría recopilar los datos de demandas y consumos de alimentos en la ciudad, gestionando para ello toda la red que se ocupa del abastecimiento de alimentos para así conocer con exactitud la producción necesaria y los tipos de cultivo requeridos por los habitantes. Es decir, se trataría de algo así como el llamado “internet de las cosas”, que nos permite establecer una interconexión digital entre nuestros objetos cotidianos. Para este primer diseño sus creadores han pensado en una producción constante de verduras como lechugas o espinacas o productos autóctonos como bayam, gai lan o brócoli chino, KangKong, Nai Bai o Xiao bai cai.
Se trata de un diseño urbano muy cercano a las smart cities, un diseño que transforma territorios sin uso y cercanos a la ciudad, en entornos capaces de auto producir alimentos de alta calidad, evitando la generación de residuos masivos de alimentos no consumidos y la generación de CO2 asociado a los procesos de producción y transporte de los alimentos. Pero sobre todo se trata de un proyecto que exige promotores con visiones abiertas y de futuro, especialmente en el campo de la autosuficiencia, la sostenibilidad ambiental y la maximización de los recursos. Singapur, según los diseñadores de estas granjas verticales, es un ciudad que cumple con estas exigencias.